El gobierno de Nicolás Maduro anunció este lunes la finalización “de manera inmediata” de cualquier acuerdo, contrato o negociación para el suministro de gas natural a Trinidad y Tobago, en el contexto de crecientes tensiones por el despliegue aeronaval de Estados Unidos en el Caribe.
La decisión fue comunicada a través de un texto difundido por la vicepresidenta Ejecutiva y ministra de Hidrocarburos, Delcy Rodríguez, en el que se señala al gobierno de Trinidad y Tobago de tener “participación” en el “robo del petróleo venezolano”, a raíz de la incautación de un buque con falsa bandera que transportaba crudo venezolano el pasado 10 de diciembre. “Este acto de piratería constituye una grave violación del derecho internacional”, afirmó el gobierno venezolano.
Según la versión oficial de Caracas, Estados Unidos interceptó el buque petrolero Skipper, que navegaba con falsa bandera frente a las costas venezolanas, en una operación conjunta con la Guardia Costera. El buque fue incautado por orden judicial en Estados Unidos y transportaba 1,9 millones de barriles de crudo de Pdvsa, de acuerdo con el gobierno venezolano, que calificó el decomiso como un “robo descarado”.
En el comunicado, Venezuela acusó a la primera ministra trinitense, Kamla Persad-Bissessar, de revelar “una agenda hostil” y de convertir su territorio en un “portaaviones estadounidense para agredir a Venezuela”, lo que el gobierno venezolano calificó como “vasallaje”. El documento recordó además que Nicolás Maduro había denunciado el Acuerdo Marco de Cooperación Energética entre ambos países el 27 de octubre, alegando una “escalada de hostilidades”.
Persad-Bissessar, quien asumió el poder en mayo, había expresado previamente su decisión de no profundizar las relaciones energéticas con Venezuela. En octubre, la Asamblea Nacional venezolana la declaró persona “no grata” por permitir ejercicios militares estadounidenses en la isla.
En septiembre, Estados Unidos y Trinidad y Tobago reafirmaron medidas destinadas a evitar que el gas natural del Caribe beneficie al gobierno venezolano. Estas decisiones se producen en paralelo al despliegue aeronaval de Estados Unidos en el Caribe desde agosto, que Washington atribuye a la lucha contra el narcotráfico.
Por su parte, el Ministerio de Asuntos Extranjeros de Trinidad y Tobago ha asegurado que la presencia de Estados Unidos en la zona tiene como objetivo combatir el crimen transnacional y ha negado cualquier intención hostil contra Venezuela.
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