LA ANTENA DEL CONO SUR Grossman Parra Pinto

Espiga Noticias webmaster
Publicada: diciembre 22, 2025

LUCAS 2:14Gloria a Dios en los cielos y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor”.

Durante más de cuatro décadas, para nosotros en familia, cada diciembre esta última Antena era de alegría y expectativas, pues quienes me han seguido desde entonces recordarán que esa última Antena decembrina consistía en unas cartas al Niño Jesús, tocando diversos temas actuales.

Luego vinieron mis hijas, Marlin y Linmar, y durante años esas cartas decembrinas de La Antena eran para ellas. De esa forma llegaron mis nietos, Juan Pablo y Enoha, y para ellos eran esas tiernas cartas. Sigan leyendo.

No saben, mis queridos lectores —y no creo que lo lleguen a saber— lo difícil que fue tomar la decisión de escribir esta Antena decembrina de 2025. No está con nosotros Reinelda. El ocho de junio fue llamada por el Todopoderoso a su lado, y ahora no tendré quien me dé un beso y me diga: ¡Qué linda Antena! o quien, de manera tímida, me señale: ¡Te faltó esto o aquello!.

REINELDA, eras tú la que decidías si la Navidad la disfrutábamos con mi familia y el Año Nuevo lo recibíamos con la tuya, o viceversa. Con lágrimas en los ojos y en el corazón debo admitir que ahora ninguna de esas opciones es posible. Simplemente porque tú no estás, y ya nada es igual ni será igual nunca más.

Estaremos en familia, junto a mis hijas, sus esposos y nuestros nietos, pero no será igual. Tú no estarás. No disfrutarás de la alegría de Enoha y Juan Pablo abriendo los regalos del Niño Jesús. Ya no estarás diciéndome: ¡No bebas tanto!.

Sí, Reinelda, ya no estás y nos harás demasiada falta.

Lloraremos, claro que lloraremos, pero también recordaremos con alegría tu alegría, tu risa y tu esmero en vestirte elegante en esta fecha.

NO ES FÁCIL, NO ES FÁCIL pasar esta primera Navidad sin ti, Reinelda. No es fácil entender que ya no estarás pendiente de la sopa para el ratón del 25 o del sancocho para revivirnos el primero de enero.

REINELDA, en la última noche de tu novenario, Linmar te escribió una carta que, por supuesto, no ibas a leer… (¿o sí la leíste?). Allí, Linmar te preguntó si allá en el cielo todo es tan bonito como nos enseñan en la iglesia. Y yo ahora te pregunto cómo es la Navidad allá en el cielo si no estamos juntos.

NO ES FÁCIL, claro que no es fácil escribir en esta Navidad sin ti, y por ello voy a dejar esta Antena hasta aquí para, junto a nuestras hijas Marlin y Linmar, nuestros nietos Juan Pablo y Enoha, levantar nuestras copas y gritar con la alegría de siempre:

¡FELIZ NAVIDAD, REINELDA! 🎄

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