Rusia acusó el lunes a Ucrania de lanzar un ataque con drones contra la residencia oficial del presidente Vladimir Putin, ubicada en la región de Nóvgorod, entre Moscú y San Petersburgo, y anunció que revisará su postura negociadora para poner fin a la guerra en Ucrania tras lo que calificó de ataque terrorista. Kiev negó haber llevado a cabo dicha operación y advirtió que Moscú prepara nuevos ataques contra la capital ucraniana.
En un comunicado, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, afirmó que Ucrania disparó 91 drones contra la residencia de Putin entre la noche del domingo y el lunes, y aseguró que todos fueron destruidos por las defensas aéreas rusas. Lavrov indicó además que Rusia ha seleccionado objetivos en Ucrania para ataques de represalia y que la postura negociadora de Moscú “será revisada”.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, rechazó el lunes la acusación rusa de haber atacado la residencia de Putin y advirtió que Rusia prepara ataques contra Kiev. No se ofrecieron más detalles sobre las posibles acciones rusas ni sobre eventuales medidas defensivas ucranianas.
Las acusaciones cruzadas se produjeron el mismo día en que Moscú afirmó coincidir con el presidente estadounidense, Donald Trump, en que las negociaciones para poner fin a la guerra en Ucrania se encuentran en su fase final. Tras reunirse el domingo en Florida con Zelenski, Trump declaró que se está «más cerca que nunca» de un acuerdo para poner fin al conflicto entre Rusia y Ucrania.
Consultado por periodistas sobre si el Kremlin comparte esa evaluación, el portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov, respondió con un “por supuesto”, alineándose públicamente con la valoración del mandatario estadounidense sobre el estado de las conversaciones.
En paralelo, Zelenski informó el lunes que Estados Unidos ha ofrecido a Ucrania garantías de seguridad “sólidas” frente a Rusia por un período de 15 años prorrogable. El presidente ucraniano señaló que ha solicitado a Trump un plazo más largo para esas garantías en el marco de las discusiones sobre un posible acuerdo de paz.
Los dos mandatarios se reunieron el domingo en Florida para avanzar en un eventual acuerdo destinado a poner fin a la guerra iniciada en febrero de 2022 con la invasión rusa de Ucrania. Según Zelenski, de la solidez y duración de las garantías de seguridad ofrecidas por Estados Unidos dependerá la decisión de Kiev de levantar la ley marcial vigente desde el primer día de la invasión.
Esta normativa prohíbe a los hombres ucranianos de entre 25 y 60 años, susceptibles de ser reclutados, abandonar el país, salvo que cuenten con una autorización especial. El levantamiento de la ley marcial, según la explicación del presidente ucraniano, estaría condicionado al marco de seguridad que se acuerde con los socios internacionales.
Zelenski subrayó además que cualquier acuerdo para poner fin a la guerra “debe ser firmado por cuatro partes: Ucrania, Europa, Estados Unidos y Rusia”. Afirmó que espera que funcionarios estadounidenses y europeos se reúnan próximamente en Ucrania como parte del proceso diplomático en curso.
De acuerdo con el presidente ucraniano, esta reunión sería preparatoria para otro encuentro entre dirigentes europeos y ucranianos, antes de una eventual cumbre entre Donald Trump y mandatarios europeos. No se precisaron fechas ni lugares para estas reuniones ni detalles adicionales sobre el contenido del posible acuerdo.
El Nacional
