Ecuador atraviesa una de las crisis más graves de su historia reciente, con la declaración de alerta máxima en 19 provincias de la región andina y amazónica debido a un déficit hídrico significativo, incendios forestales y una creciente inseguridad alimentaria. Esta situación fue anunciada por el Comité de Operaciones de Emergencia (COE), que ha tomado medidas urgentes para hacer frente a la emergencia.
La declaración de alerta permitirá la agilización de recursos materiales y económicos hacia las zonas más afectadas, donde los racionamientos de agua potable están impactando a poblaciones en al menos nueve provincias. Los cortes de suministro de agua han llegado a durar hasta 20 horas diarias, afectando gravemente a las comunidades y aumentando la presión sobre los recursos alimentarios.
Las autoridades han reportado un déficit de generación de energía eléctrica de aproximadamente 1.100 megavatios, como consecuencia del adelanto de la época seca y una intensa sequía que afecta a gran parte del país, especialmente en el sur, donde se encuentra el mayor complejo de generación hidroeléctrica de Ecuador. En esta región, no se han registrado lluvias significativas en más de 71 días, lo que ha llevado a que las reservas de agua en la represa Mazar se encuentren en niveles críticos, amenazando el funcionamiento de tres centrales hidroeléctricas que dependen de su flujo.
La sequía ha creado condiciones propicias para la propagación de incendios forestales, que han consumido cerca de 37.000 hectáreas en las últimas semanas. La provincia de Loja, fronteriza con Perú, es la más afectada, con 16.000 hectáreas devastadas. Estos incendios no solo afectan al ecosistema, sino que también agravan la crisis alimentaria, encareciendo los productos agrícolas y dificultando el acceso a alimentos básicos para la población.
En respuesta a la situación crítica, el gobierno ha implementado apagones y ha promovido el teletrabajo en diversas instituciones para optimizar el uso de la energía. El racionamiento de recursos y la priorización de las áreas más vulnerables se han vuelto imprescindibles para mitigar el impacto de esta crisis.
Las autoridades hacen un llamado a la ciudadanía y a organizaciones internacionales para que se sumen en la búsqueda de soluciones a esta emergencia. La colaboración y la solidaridad son fundamentales para apoyar a las comunidades más afectadas y restaurar la normalidad en el país.
Ecuador enfrenta un desafío monumental en este momento crítico. Las medidas adoptadas por el gobierno son un paso necesario, pero se requiere un esfuerzo colectivo para superar esta crisis y garantizar el bienestar de todos los ecuatorianos.
Cortesía Diario Las Américas