El gobierno de Chile expresó su profunda preocupación y lamentó la decisión unilateral de Venezuela de suspender los vuelos directos entre ambos países. Esta medida se enmarca en el conflicto diplomático que ha surgido desde las recientes elecciones presidenciales en la nación caribeña.
Un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chileno declaró: “Se trata de una decisión unilateral que vuelve a poner en una situación de vulnerabilidad a cerca de 800 mil venezolanos que residen en nuestro país. Es una acción injustificada y que lamentamos”.
La suspensión de vuelos fue anunciada por el Ministerio de Transporte de Venezuela a través de una nota del Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (INAC), que señala que “se suspenden las operaciones aerocomerciales de transporte de pasajeros desde y hacia la República de Chile” sin proporcionar explicaciones adicionales.
Esta decisión se produce un día después de que el presidente chileno, Gabriel Boric, denunciara en su discurso ante la Asamblea General de la ONU al gobierno venezolano como una «dictadura», acusándolo de haber “robado” los comicios del 28 de julio, en los que Nicolás Maduro fue proclamado ganador.
La suspensión de vuelos hacia Chile se suma al cese temporal de las operaciones aéreas con Panamá, República Dominicana y Perú, en respuesta a lo que el Ejecutivo venezolano califica de «injerencismo de gobiernos de derecha» respecto a los resultados electorales, cuyos detalles aún no han sido divulgados de manera clara.
Marisela de Loaiza, presidenta de la Asociación de Líneas Aéreas de Venezuela (ALAV), comentó que la suspensión de vuelos con estos países es una medida “política” que ha llevado a una reducción del 54% en la conectividad internacional de Venezuela. De los 181 vuelos internacionales semanales previos a la medida, actualmente solo quedan 83, lo que equivale a una pérdida de aproximadamente 15.000 asientos semanales.
