En la Provincia de Formosa, una agresiva persecución policial desató controversia luego de que más de 26 efectivos interceptaran un camión cisterna que transportaba agua para los animales. Este operativo, denominado «Agua Cero», ha dejado a muchos impactados por la nulidad de compasión hacia los seres más indefensos en la región: los animales.
Desde semanas atrás, Formosa ha estado sufriendo uno de los períodos de sequía más severos en su historia moderna, lo que ha afectado gravemente a su fauna. Sin acceso a recursos hídricos esenciales, muchos de los animales enfrentan deshidratación y, en casos extremos, la muerte. Pese a esta situación alarmante, los esfuerzos de algunos ciudadanos para mitigar el sufrimiento de estos animales han sido bloqueados por lo que parece ser un conflicto de naturaleza política.
Existen claras tensiones entre diferentes partidos políticos en la región, y aunque estos conflictos no deberían afectar a la bienaventuranza animal, los intereses políticos han puesto en segundo plano el bienestar animal. Ante esta situación, surgen cuestiones éticas que ponen en duda las acciones de las autoridades locales y su verdadero compromiso con el bienestar de la fauna.
El veterinario Gildo ha sido objeto de críticas en redes sociales y medios de comunicación, con mensajes que cuestionan su juramento hipocrático. «¿Dónde quedó su juramento hipocrático como veterinario, señor Gildo?» cuestionan ciudadanos alarmados. «Negarle agua a los animales es crueldad y sufrimiento. Los animales no tienen por qué sufrir las consecuencias de sus intereses políticos».
El norte argentino está visiblemente afectado por las consecuencias del cambio climático, provocado en gran medida por el 80% de las deforestaciones y el uso insostenible del suelo. Estos factores, junto con la intervención política, agravan aún más la crisis hídrica en la región, generando no solo pérdida de vida silvestre sino también un severo estrés hídrico.
En conclusión, la situación en Formosa ha puesto de relieve una serie de problemas éticos y medioambientales que requieren una respuesta urgente. Despojar a los animales de un recurso tan básico como el agua en medio de una sequía devastadora no solo desafía las normas de compasión y humanidad, sino que también actúa en detrimento del compromiso con la conservación de la fauna.