La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, protagonizó un momento inesperado y lleno de ironía durante su intervención en el Pleno de la Asamblea de Madrid. Dirigiéndose a la portavoz de Más Madrid, Manuela Bergerot, Ayuso sorprendió a los presentes con un jovial «Feliz Navidad» refiriéndose a «Maduroland», en alusión a Venezuela bajo el régimen de Nicolás Maduro. La expresión provocó carcajadas entre los miembros de la bancada del Partido Popular.
El comentario de Ayuso se produjo en un contexto donde el dictador venezolano, Nicolás Maduro, ha decidido adelantar las festividades navideñas como una respuesta controversial a la crisis política que azota al país sudamericano. En un intento por desviar la atención de la profunda crisis política y las tensiones sociales, Maduro declaró el inicio de la Navidad el 1 de octubre.
Este movimiento fue visto por muchos como una táctica para enmascarar la realidad que enfrenta el pueblo venezolano, incluyendo una represión creciente tras las recientes protestas postelectorales. Las detenciones y el clima de represión han establecido un tono sombrío a lo largo del país, aumentando el malestar entre ciudadanos y críticos del régimen.
Díaz Ayuso, conocida por su estilo directo y su capacidad para abordar temas internacionales con un toque de sarcasmo, utilizó estas circunstancias para destacar la censura y las restricciones propias de lo que calificó como la «tierra prometida de los amigos de las dictaduras».
El intercambio en la Asamblea refleja no solo la situación política en España, sino también el pulso internacional y cómo las políticas exteriores influyen en los discursos internos. La referencia a Venezuela como «Maduroland» se ha convertido en un símbolo de críticas hacia la gestión de Maduro y ha puesto de relieve las diferencias ideológicas entre las fuerzas políticas presentes en el órgano legislativo madrileño.
Este episodio en la Asamblea no solo marcó un momento de humor, sino que sirvió también como recordatorio de las complejidades diplomáticas y humanitarias que enfrentan países como Venezuela, en el centro de un debate político de resonancia global.