El expresidente de Ecuador, Rafael Correa, ha manifestado su indignación ante la decisión de las autoridades estadounidenses de prohibirle el ingreso a Estados Unidos, una medida que también afecta a su familia directa y a su exvicepresidente Jorge Glas. Esta restricción se enmarca en una condena de corrupción que ha suscitado controversias desde su inicio.
A través de un mensaje en redes sociales, Correa reafirmó su inocencia frente a la condena de ocho años de prisión y la inhabilitación política que le fue impuesta en 2020 por el caso Sobornos 2012-2016. En dicho caso, se dictaminó que él y sus colaboradores participaron en la financiación irregular del movimiento político Alianza País. Sin embargo, el exmandatario cuestiona la validez de la sentencia basada en su presunto «influjo psíquico».
El portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Matthew Miller, declaró que ni Correa ni Glas son elegibles para entrar al país debido a su participación en «actos significativos de corrupción» durante su tiempo en el gobierno. La administración de Joe Biden afirma que ambos abusaron de sus puestos al aceptar sobornos a cambio de contratos gubernamentales.
La prohibición no solo afecta a Correa y Glas, sino que también se extiende a sus familias. En el caso de Correa, su esposa de nacionalidad belga, Anne Malherbe, y sus hijos Sofía, Anne Dominique y Rafael, también tienen vetada la entrada a Estados Unidos. Por su parte, la esposa de Glas, Cinthia Díaz, y su hijo, Jorge Glas Díaz, se ven igualmente afectados.
Desde el exilio en Bélgica, donde reside tras finalizar su mandato en 2017 y haber obtenido asilo político en 2022, Correa se erige como uno de los referentes de la izquierda latinoamericana y reitera ser víctima de «persecución política». Mientras tanto, Glas permanece encarcelado desde su complicada captura en la embajada de México en Quito, acusado de malversación de fondos públicos por obras de reconstrucción tras el terremoto de 2016 y enfrentando condenas previas por el caso Odebrecht y Sobornos.
Ambos líderes claman su condena bajo el fenómeno conocido como «lawfare», argumentando que se trata de una estrategia de utilizaciones políticas del sistema judicial en su contra. Correa y Glas continúan enfrentando un panorama legal y político complejo, con polarización tanto dentro como fuera de Ecuador.
Fuente EFE