El Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, con una votación de 23 votos a favor, ha decidido renovar por dos años los mandatos de la Misión de Determinación de los Hechos y de la Oficina del Alto Comisionado sobre Venezuela. Este significativo proyecto fue avalado por 50 Estados, tanto miembros como no miembros del Consejo, resultando en 18 abstenciones y apenas 6 votos en contra.
Esta decisión crucial asegura que hasta septiembre de 2026, ambas instituciones continuarán con su tarea de seguimiento, investigación y rendición de cuentas sobre las graves violaciones a los derechos humanos cometidas en Venezuela. La renovación de estos mandatos es vista como un triunfo para las víctimas, quienes anhelan justicia y el fin de la impunidad.
El rol de la Misión de la ONU y la Oficina del Alto Comisionado ha sido clave en la historia moderna de Venezuela, permitiendo dar voz a cientos de víctimas que no hallan justicia en el sistema judicial del país. Además, su documentación ha sustentado el escrutinio internacional y procesos en instancias como la Corte Penal Internacional, donde se investigan los crímenes cometidos por el gobierno de Nicolás Maduro que permanecen impunes.
Organizaciones de la sociedad civil venezolana como Provea, Alfavic Venezuela, Cepaz, Amnistía Internacional Venezuela, SOS Orinoco, y la iniciativa Justicia y Verdad, junto con entidades internacionales como el Servicio Internacional para los Derechos Humanos (ISHR) y la Federación Internacional por los Derechos Humanos (FIDH), han hecho un intenso esfuerzo para mantener el foco internacional en la crisis crítica del país. Asimismo, países como Chile y Argentina han desempeñado un papel esencial en apoyar esta iniciativa por la causa venezolana.
La renovación de este mandato es el resultado del esfuerzo conjunto de víctimas, familiares y defensores de derechos humanos, quienes continúan alzando sus voces para exigir justicia y verdad. Esta decisión también actúa como un recordatorio a los responsables y perpetradores: los crímenes cometidos no serán olvidados. Las dos instancias más altas del Sistema de Naciones Unidas de Derechos Humanos seguirán activas, dando seguimiento a lo que ha sido descrito por la propia Misión como una represión sin precedentes, que mantiene a Venezuela sumida en una grave crisis de derechos humanos.