En la embajada de Argentina en Caracas, un grupo de opositores al gobierno de Nicolás Maduro ha dejado claro su firme rechazo a cualquier posibilidad de entregarse al régimen. «Está totalmente descartado que nos entreguemos al régimen de Maduro», afirmó Omar González Moreno, exdiputado y uno de los asilados en la sede diplomática.
Los refugiados han denunciado las condiciones precarias en las que se encuentran debido a las restricciones impuestas por las autoridades, que incluyen la prohibición de entrada de alimentos y medicinas. Además, reportan problemas severos en los servicios públicos, con interrupciones constantes en el suministro de agua y electricidad. «Esta sede diplomática se ha convertido en una cárcel para nosotros, de las peores que existen en el mundo», declaró González en una entrevista con Sergio Novelli, destacando que su único objetivo es procurar un cambio y la libertad para su país.
El exdiputado denunció recientemente la prohibición del acceso a medicamentos vitales necesarios para tratar enfermedades cardíacas, agravando la situación de los asilados. La residencia diplomática, custodiada por Brasil y bajo vigilancia policial desde noviembre, acoge también a otros colaboradores del partido Vente Venezuela, incluidos Magalli Meda, Pedro Urruchurtu, Claudia Macero y Humberto Villalobos. Todos ellos se refugiaron hace 10 meses tras ser acusados de conspiración y traición a la patria.
En un contexto internacional, el presidente argentino, Javier Milei, se pronunció sobre la situación durante su participación en el Foro Económico Mundial en Davos, Suiza. Milei aseguró que Argentina continuará sus esfuerzos para que los opositores sean liberados y criticó duramente al régimen venezolano, calificándolo como opresor. «Vamos a seguir trabajando fuertemente para que sean liberados y para que ese régimen opresor socialista, como todo régimen socialista, los libere», afirmó ante la prensa.
Esta situación resalta las tensiones persistentes entre las autoridades venezolanas y los críticos del gobierno, y subraya las complejidades diplomáticas enfrentadas por los países que ofrecen refugio a opositores políticos.