El asteroide 2024 YR4, descubierto recientemente por astrónomos, ha captado la atención internacional debido a un aumento significativo en su probabilidad de colisión con la Tierra. La NASA ha calculado que este cuerpo celeste, de entre 40 y 90 metros de ancho, tiene ahora un 3.1% de posibilidades de impactar el planeta el 22 de diciembre de 2032. Este porcentaje representa el nivel más alto jamás registrado desde que se llevan a cabo mediciones de este tipo.
Los datos preliminares sugieren que el impacto del asteroide podría tener consecuencias devastadoras, incluyendo la posible destrucción de una ciudad entera. Las estimaciones actuales indican que el impacto de 2024 YR4 podría ser 500 veces más potente que la bomba nuclear de Hiroshima, con el potencial de desencadenar un tsunami si colisiona cerca de una isla o de la costa.
Bruce Betts, de la organización estadounidense Planetary Society, enfatizó que, aunque el riesgo es notable, no es motivo para entrar en pánico. Betts destacó la importancia de seguir vigilando al asteroide mientras la comunidad científica recopila más datos.
En más de dos décadas de monitoreo de objetos celestes, el riesgo asociado con 2024 YR4 es el más alto registrado. Richard Moissl, jefe de la oficina de defensa planetaria de la Agencia Espacial Europea (ESA), describió la situación como «muy, muy rara», pero afirmó que «por el momento no existe peligro».
El asteroide Apophis, que a principios de la década de 2000 conmocionó a los científicos con una probabilidad de 2.7% de impacto en 2029, vio rápidamente reducida su amenaza. Se espera que el pronóstico sobre 2024 YR4 evolucione de manera similar conforme se obtengan más datos.
Los científicos confían en el telescopio espacial James Webb para realizar observaciones más precisas en marzo próximo. No obstante, el tiempo es un factor crítico, ya que el asteroide se aleja de la Tierra y podría desaparecer de la vista de los telescopios terrestres antes de volver a ser observable en 2028.
De confirmarse el riesgo significativo de impacto, la comunidad espacial internacional podría considerar una misión para desviar la trayectoria de 2024 YR4. La investigación en defensa planetaria ha avanzado considerablemente, con logros notables como la misión de la NASA en 2022 que consiguió alterar la trayectoria de un asteroide inofensivo.
El asteroide 2024 YR4 se clasifica en la misma categoría que un asteroide que impactó Siberia en 1908, causando la destrucción de cientos de miles de hectáreas de bosque. Este antecedente refuerza la necesidad de vigilancia y preparación ante posibles amenazas futuras de objetos celestes.
AFP