Cada 29 de septiembre se celebra el Día Mundial del Corazón, una fecha que resalta la importancia de cuidar el órgano vital que mantiene en funcionamiento nuestro cuerpo. En este contexto, se destaca la influencia positiva de la actividad física regular en la salud cardiovascular.
De acuerdo con el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre (NHLBI, NIH) de Estados Unidos, el ejercicio físico es crucial para mantener un corazón saludable. Diversos estudios demuestran que el ejercicio físico contribuye a:
- Mejorar la función cardíaca y respiratoria: Incrementa el VO₂ max, lo que optimiza la eficiencia del corazón al bombear sangre. Además, disminuye la frecuencia cardíaca en reposo y la presión arterial, y mejora la función endotelial, promoviendo una circulación más saludable.
- Reducir factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares: La práctica regular de ejercicio disminuye la presión arterial sistólica y diastólica, eleva el colesterol HDL (conocido como el «bueno») y reduce los triglicéridos. Asimismo, ayuda a controlar el peso corporal y disminuye la grasa abdominal, factores claves para prevenir enfermedades cardíacas.
- Prevenir enfermedades como la cardiopatía isquémica: El ejercicio, tanto moderado como vigoroso, reduce el riesgo de acumulación de placa en las arterias coronarias, lo cual es fundamental para prevenir ataques cardíacos.
La importancia de un corazón sano no se limita a aquellos con problemas de salud. Los deportistas de élite también enfrentan desafíos cardíacos, como lo ilustra el caso del futbolista danés Christian Eriksen. Durante un partido de la Eurocopa 2021, Eriksen sufrió un paro cardíaco. Gracias a la rápida intervención médica, se recuperó y, tras la implantación de un desfibrilador, pudo regresar al campo de juego. Su experiencia subraya la necesidad de estar siempre conscientes de nuestra salud cardíaca, incluso en óptimas condiciones físicas.
Conmemorando el Día Mundial del Corazón, se destaca que mantener un estilo de vida activo y saludable es esencial para el bienestar integral. La ciencia respalda que un corazón fuerte es el pilar del bienestar general.
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