El estiramiento se presenta como una parte fundamental de cualquier entrenamiento físico, tanto para personas que se inician en el deporte como para quienes ya cuentan con experiencia, debido a su papel en la mejora de la flexibilidad muscular y la prevención de lesiones.
Aunque con frecuencia se considera el estiramiento como un simple complemento del entrenamiento al que se le dedican apenas unos minutos, se destaca que debe formar parte de cada sesión de ejercicio. Durante la práctica deportiva o cualquier actividad física se trabaja con los músculos, cuyo funcionamiento básico consiste en estirarse y contraerse. Un estiramiento correcto contribuye a reducir la tensión muscular y aumentar la flexibilidad, entre otros beneficios.
El personal trainer de la cadena de salud y bienestar Gold’s Gym, Juan Carlos García, indicó que “el estiramiento antes de entrenar aporta fuerza a los tendones para evitar las lesiones. Al igual que después de entrenar, es muy importante porque evita la rigidez en la articulación de los tendones”. En este sentido, recomienda que antes de entrenar se realice “por lo menos 3 minutos de lo más básico para ir estirando los tendones”, y que, después de entrenar, se proceda a “estirar los músculos por lo menos 5 minutos, es el tiempo más recomendado”.
Se identifican dos tipos principales de estiramientos: dinámicos y estáticos. Los estiramientos dinámicos se realizan mediante movimientos suaves y repetitivos, mientras que los estáticos consisten en mantener una posición durante un tiempo determinado.
La práctica de estiramientos dos veces al día, junto con caminatas de entre 20 minutos y media hora, se considera importante para mantener un estilo de vida saludable tanto en personas que entrenan de forma regular como en aquellas que no lo hacen.
Tras finalizar el entrenamiento, el momento de realizar los estiramientos permite obtener diversos beneficios: reducir la tensión de los músculos, aumentar la coordinación de los movimientos, prevenir lesiones, mejorar la flexibilidad, favorecer la circulación sanguínea y ayudar a reabsorber el ácido láctico, lo que contribuye a evitar la fatiga muscular posterior.
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