Mantener baja la tensión arterial mediante medicación podría reducir significativamente el riesgo de demencia y deterioro cognitivo, según un importante estudio publicado recientemente. El vínculo entre la hipertensión arterial y los problemas cognitivos en personas mayores es conocido desde hace tiempo, pero este nuevo estudio se destaca como uno de los primeros grandes ensayos que demuestran que los medicamentos para bajar la presión arterial podrían disminuir el riesgo de demencia, que afecta a aproximadamente 57 millones de personas en todo el mundo.
Según informa Euronews en español, el ensayo clínico, publicado en la revista ‘Nature Medicine’, se realizó en casi 34 mil personas con hipertensión de zonas rurales de China. Los participantes, con una media de 63 años y ocho años de hipertensión, fueron divididos en dos grupos. A la mitad se les administró medicación accesible para tratar la hipertensión y recibieron consejos sobre cambios en el estilo de vida, como reducir el consumo de sal, el alcohol y perder peso. El otro grupo, en cambio, recibió atención estándar enfocada solo en modificaciones dietéticas y generales sin medicación.
Los resultados del estudio, que se extendió por cuatro años, indicaron que el grupo medicado controló mejor su presión arterial y redujo en un 15% su riesgo de desarrollar demencia y en un 16% el de deterioro cognitivo. Estos hallazgos refuerzan la idea de que mantener la presión arterial en un rango saludable podría contribuir a disminuir la carga de demencia. Masud Husain, catedrático de neurología de la Universidad de Oxford, señaló que este es un «estudio histórico con una muestra de gran tamaño y un resultado sólido» y destacó la importancia de tratar intensivamente la hipertensión no solo para proteger el corazón, sino también el cerebro.
El estudio chino tiene resonancia con otros ensayos similares realizados en Estados Unidos, que también sugieren que decisiones sobre el estilo de vida pueden influir en el desarrollo de la demencia. Aunque se necesita más investigación para comprender cómo interactúan factores como la genética con la hipertensión en el riesgo de demencia, los expertos coinciden en que priorizar el control de la presión arterial podría ser especialmente beneficioso en áreas con menor acceso a atención médica avanzada.
Atticus Hainsworth, catedrático de enfermedades cerebrovasculares de la Universidad St. George de Londres, indicó que «tenemos un indicio de algo que reduce el riesgo de demencia y que puede aplicarse a un gran número de personas en sus comunidades con un coste bajo». Los resultados del estudio plantean la posibilidad de impulsar cambios en las directrices de la política sanitaria a nivel global.
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