La atracción de los mosquitos hacia los humanos ha sido objeto de estudio durante años y recientes investigaciones han arrojado luz sobre los factores que pueden influir en este fenómeno. Paula Ibáñez, directora de Medicina de la Universidad de Las Américas, y María Arteaga, investigadora de la misma institución, han compartido sus hallazgos respecto a las variables que incrementan la probabilidad de ser picado por estos insectos.
Según sus estudios, el dióxido de carbono, el ácido láctico, el olor corporal, el color, la temperatura, el tipo de sangre y la genética son elementos clave que los mosquitos utilizan para identificar a sus víctimas. Ibáñez explicó que los mosquitos son especialmente sensibles al calor, lo que hace que se sientan atraídos por las personas con una mayor temperatura corporal.
Un punto interesante del estudio es la relación entre el consumo de alcohol y la atracción de mosquitos. «El alcohol dilata los vasos sanguíneos, lo que provoca un aumento en la temperatura corporal», afirmó Ibáñez. Además, añadió que el alcohol se metaboliza en el cuerpo y se excreta a través del sudor y la respiración, aromas que los mosquitos son capaces de detectar y les resultan atractivos.
Arteaga, por su parte, resaltó que las personas embarazadas y aquellas con el tipo de sangre O positivo son descritas por algunos autores como más propensas a ser picadas. Este tipo de sangre y el estado de gestación podrían influir en los niveles de ácido láctico y dióxido de carbono emitidos, aumentando la atracción de los mosquitos.
Este estudio proporciona un entendimiento más profundo de cómo ciertos factores pueden afectar la interacción entre humanos y mosquitos. En un futuro, estos hallazgos podrían contribuir al desarrollo de mejores estrategias para prevenir las picaduras y controlar las enfermedades transmitidas por estos insectos.