La cistoscopia se ha consolidado como un estudio fundamental para la detección precoz del cáncer de vejiga y otras afecciones del sistema urinario. Este procedimiento, realizado bajo sedación, permite visualizar la uretra, el interior de la vejiga y los lóbulos prostáticos mediante un equipo especial llamado cistoscopio, que está equipado con una cámara de alta resolución.
La doctora Johanna Arias, uróloga de la Clínica de Prevención del Cáncer (CPC) de la Sociedad Anticancerosa de Venezuela (SAV), destacó que la cistoscopia no solo es crucial para detectar el cáncer de vejiga, sino que también puede utilizarse para evaluar la propagación de afecciones oncológicas del cuello uterino hacia la cavidad vesical. La CPC, equipada con un avanzado cistoscopio desde el año pasado, ofrece una «óptima resolución que permite identificar lesiones, litiasis y otros hallazgos con elevada precisión», según la especialista.
Este tipo de evaluación endoscópica es esencial para pacientes con sospecha de crecimiento prostático obstructivo, cáncer vesical, estenosis de uretra o presencia de sangre en la orina, entre otros. En el contexto de las enfermedades oncológicas de la vejiga, la doctora Arias enfatiza la importancia de la cistoscopia para la detección temprana de lesiones sospechosas.
La cistoscopia está considerada como el estándar de oro para el diagnóstico y seguimiento de los tumores vesicales. La frecuencia con la que se debe realizar depende de la patología específica del paciente, su evolución postoperatoria y las complicaciones presentes.
Para más información sobre la prevención y tratamiento de enfermedades oncológicas, se puede visitar la página web de la Sociedad Anticancerosa de Venezuela: www.sociedadanticancerosa.org o seguirlos en Instagram como @sociedadanticancerosavzla, en X (antes Twitter) como @SAnticancerosa, y en Facebook como Sociedad Anticancerosa de Venezuela-SAV.
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