En el corazón de la Ciudad de México, una perra llamada Pía está ganando notoriedad como una pieza clave en el tratamiento de niños con problemas de desarrollo. En el centro privado Instrumenta, ubicado frente al Parque México en la colonia Condesa, Pía participa en talleres especiales diseñados para fomentar la autonomía en niños con neurodivergencias y retrasos en el desarrollo.
Desde su llegada a Instrumenta, Pía se ha convertido en la protagonista de las terapias infantiles. La perra, que alguna vez deambuló por las calles, ahora aporta su tranquilidad y energía positiva a los niños, como Mau, Chiara, Eduardo, Emilia y Lucía, quienes tienen entre tres y cinco años. La interacción con Pía no solo mejora sus capacidades físicas y cognitivas, sino que también impacta positivamente en sus aspectos psicológico, social y emocional.
Marcela de la Puente, directora de Instrumenta, explica que la terapia asistida con canes es fundamental para el desarrollo integral de los menores. «Con ella, en el taller de autonomía, los vamos proyectando para que puedan llevar una vida como el resto de los niños, asistir a la escuela o incluso encontrar un empleo en el futuro», señala de la Puente.
Un testimonio conmovedor es el de Gabriel, un niño que tras una operación delicada por trigonocefalia frontal y un diagnóstico de autismo, encontró en Pía un apoyo esencial para su recuperación y desarrollo. Gracias a las actividades con Pía, Gabriel pudo corregir problemas físicos sin necesidad de cirugía. Priscila Ross, madre de Gabriel, afirma que los avances han sido notables: «Los cambios en Gabriel gracias a la perrita han sido magistrales», destaca.
Por su parte, Joaquín, otro niño atendido en el centro, experimentó mejoras significativas en su capacidad de adaptación y expresión tras un diagnóstico de epilepsia no convulsiva. Su madre, Mary Trejo, relata cómo Joaquín ha aprendido a tolerar mejor situaciones como el contacto físico y las visitas al dentista, aspectos que antes le resultaban conflictivos.
Instrumenta utiliza la metodología del Centro de Terapias Asistidas con Canes (CTAC), respaldada por evidencia científica que demuestra los beneficios de las interacciones humano-animal. La directora del centro, formada en esta técnica innovadora, señala la importancia de aplicar métodos menos agotadores para los niños, asegurando que cada sesión sea lo más provechosa posible.
Desde su adopción en el Parque México, Pía ha encontrado un propósito y una comunidad que le valora enormemente. Hoy, cerca de 50 niños acuden semanalmente para recibir terapias donde ella es una participante activa, brindando esperanza y transformando vidas en cada jornada.
FCMVV