El cáncer de cuello uterino se mantiene como la segunda causa de muerte oncológica en las mujeres venezolanas, con diagnósticos que se presentan a edades cada vez más tempranas, desde los 20 años. En este contexto, la combinación de educación sexual oportuna, exámenes preventivos regulares y vacunación contra el Virus del Papiloma Humano (VPH) se perfila como la principal estrategia para proteger la salud femenina en el país, según el Grupo Médico Santa Paula (GMSP).
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció el 17 de noviembre como el Día de Acción para la Eliminación del Cáncer Cervicouterino, fecha que marca el aniversario del lanzamiento de la Estrategia mundial para acelerar la eliminación de esta enfermedad para 2030. En línea con este objetivo, el GMSP resalta que el cáncer de cuello uterino es curable si se detecta a tiempo y recuerda que su principal agente causal es el VPH, responsable de la gran mayoría de las lesiones.
El doctor Francisco Pestana, médico ginecólogo del GMSP, señala que la prevención se fundamenta en la información y el control periódico. Indica que la paciente debe conocer los riesgos asociados, entre ellos las relaciones sexuales precoces y sin protección, así como tener múltiples parejas sexuales. Añade que el control ginecológico debe incluir la realización anual de la citología, práctica que considera esencial ante la alta incidencia de VPH en el país, donde estima que entre 92% y 95% de las mujeres presentan tipificación positiva.
El VPH presenta distintas cepas, algunas de ellas con mayor virulencia oncológica. Esta variabilidad hace necesaria la identificación rápida y precisa del tipo de virus, mediante genotipificación, con el fin de asegurar un manejo terapéutico eficaz y oportuno. En este sentido, el especialista recalca que la medida fundamental de prevención es el control citológico anual, que puede complementarse con la colposcopia para verificar la salud del cuello uterino y, en caso de detectar lesiones, con el estudio histológico mediante biopsia.
Entre los signos de alarma, el sangrado postcoital o un sangrado espontáneo deben motivar una consulta inmediata. No obstante, el doctor Pestana sostiene que es poco probable que una paciente con controles ginecológicos regulares desarrolle un cáncer de cuello uterino, por lo que insiste en la importancia de mantener la citología de forma periódica y en la necesidad de promover la educación continua para la concientización de la población.
La vacunación contra el VPH se suma como herramienta clave en la prevención. Esta se encuentra disponible en versiones tetravalente y nonavalente y está aprobada para su aplicación a partir de los 9 años de edad, con alta efectividad antes del inicio de las relaciones sexuales.
El Grupo Médico Santa Paula afirma que mantiene una posición pionera en el país mediante la realización de campañas de detección y el uso de equipos de alta tecnología para diagnósticos precisos, incluyendo la genotipificación del VPH. Esta capacidad diagnóstica permite definir protocolos de tratamiento y vigilancia efectivos, orientados a reducir la incidencia y las consecuencias del cáncer de cuello uterino en la población femenina venezolana.
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