En el ámbito de la medicación y el tratamiento farmacéutico, un consejo comúnmente ignorado podría tener implicaciones significativas para la eficacia de una terapia: no partir o triturar las pastillas sin una indicación clara. Esta advertencia ha sido enfatizada por expertos en la materia, quienes resaltan los riesgos asociados con modificar la forma galénica de los medicamentos.
María de los Ángeles García, conocida como Boticaria García, subraya la importancia de la ranura en los comprimidos, un detalle crucial que muchas veces se pasa por alto. Según García, la presencia de una línea de partición indica que el comprimido está diseñado para ser dividido, asegurando así una distribución homogénea del principio activo. “Lo importante es no partir los comprimidos cuando no se indica”, afirma García, advirtiendo que hacerlo sin orientación médica puede llevar a una absorción incorrecta del medicamento en el organismo.
El Consejo General de Colegios Farmacéuticos señala que la ausencia de una ranura en el comprimido es indicativa de que su división podría comprometer su eficacia terapéutica. Ana Jiménez, farmacéutica, explica que dividir un comprimido sin ranura puede resultar en una concentración irregular del principio activo en cada mitad, afectando así la dosificación precisa del tratamiento prescrito.
Aunque generalmente se desaconseja partir las cápsulas, existen excepciones para ciertos medicamentos, como los antisecretores gástricos (omeprazol, esomeprazol o lansoprazol), los cuales pueden abrirse y mezclarse con líquidos antes de ser ingeridos. Sin embargo, es crucial que los gránulos no sean masticados ni triturados, y que se consuman inmediatamente o en menos de 30 minutos.
En situaciones especiales, como con personas mayores, niños o pacientes con condiciones que dificultan la deglución (por ejemplo, Parkinson o problemas de disfagia), es aconsejable modificar la forma del medicamento con el fin de facilitar su administración. En estos casos, y siempre bajo la dirección de un profesional de la salud, las pastillas pueden ser trituradas y mezcladas con un líquido adecuado.
La consulta con médicos y farmacéuticos sigue siendo fundamental para determinar la manera adecuada de administrar un medicamento. Al entender la importancia de la ficha técnica y seguir las recomendaciones específicas, los pacientes pueden garantizar que reciben el máximo beneficio de sus tratamientos, evitando así riesgos innecesarios para su salud.