En el corazón de Guayaquil, Orlando Martínez, un joven venezolano de 27 años, ha encontrado una forma única de sobreponerse a los desafíos económicos y personales que enfrentó al llegar a Ecuador. Acompañado de su madre, Suliz León, que es sordomuda, Martínez ha transformado una recomendación laboral en un exitoso negocio artesanal de títeres hechos a mano.
La idea de crear títeres surgió gracias a la sugerencia de su exjefe, quien vio potencial en esta actividad para que Orlando y su madre pudieran generar ingresos. «Al principio, yo estaba inseguro porque las manualidades desde siempre se me han dado mal», confesó Orlando. Sin embargo, motivado por la necesidad de encontrar una fuente de ingreso para su madre, decidió intentarlo. Este emprendimiento, que comenzó en 2018, ha crecido hasta convertirse en su única fuente de sustento.
Desde los humildes inicios en la sala de su casa, Orlando y Suliz han confeccionado más de 5,000 títeres. Este proceso artesanal lleva alrededor de 30 minutos por títere, donde Orlando se encarga del diseño, los dibujos, los patrones y el corte de la tela, mientras que su madre se dedica a la costura. «Ella me entrega los títeres y yo me encargo de los detalles como los ojos y la nariz antes de venderlos», explicó Orlando.
Los sectores de Sauces y La Alborada son los principales puntos donde Orlando comercializa sus títeres, a precios accesibles que oscilan entre 1 y 5 dólares, garantizando que todos sus productos son elaborados a mano. Cada venta representa no solo un logro financiero, sino también un testimonio del empeño y la colaboración familiar.
«Somos un equipo y me siento feliz de tenerla en mi vida, y de que juntos podamos seguir adelante», expresó Orlando con emoción. Lo que comenzó como una simple idea es ahora su motor de vida, demostrando que con esfuerzo y unión familiar, no hay barreras insuperables.