Con 37 almanaques a cuestas, Alcides Escobar se erige como el veterano de los campocortos en la temporada 2024-2025 del béisbol profesional venezolano. A pesar de estar 13 años por encima del promedio de edad de los demás campocortos titulares, Escobar sigue brillando con su gracia y elasticidad inmutables. La clave de su resistencia al paso del tiempo radica, sin embargo, en su facultad para la anticipación.
En un pasado no tan lejano, Escobar solía ir en busca de los roletazos. Ahora, parece que estos lo buscan a él. No hay truco de guante imantado ni poderes de adivinación; es simplemente su extraordinaria capacidad de antelación lo que le permite seguir defendiendo con maestría la posición seis para los Tiburones de La Guaira. Mientras otros de su gremio disfrutan de la merecida jubilación, Escobar sigue siendo un jugador crucial para los campeones del Caribe.
Escobar protege la grama corta de los escualos no solo por su destreza anticipativa, sino también por la necesidad del equipo. Cuando el mánager Oswaldo Guillén llegó a Venezuela, identificó la ausencia de torpederos naturales en La Guaira. Exceptuando al veterano y experimentado Escobar, quien había sido desplazado a la segunda base durante la campaña anterior, posado sobre laureles tras casi cuatro decenios de espera por un título.
“Se lo pedí de favor”, admite Guillén, enfrentando el poco habitual reto de solicitar un favor a sus jugadores. “Fue una solución de emergencia”, explica el primer estratega latinoamericano en ganar una Serie Mundial en las Grandes Ligas. Sin un shortstop sólido en el plantel, la elección estaba entre César Hernández y Escobar. Optó por Escobar debido a su vasta experiencia en la posición. “Me planteó el problema y le dije, ‘tranquilo, caballo, donde me quieras poner, cuenta conmigo’. Me resolvió un problema bien grande”, confesó un agradecido Guillén.
Así, con la mente afilada y el cuerpo aún en forma, Alcides Escobar continúa escribiendo su legado en el béisbol venezolano, demostrando que la verdadera juventud reside en el arte de la anticipación y la pasión perpetua por el juego.