Brasil ha registrado la llegada de 194.331 nuevos migrantes en el año 2024, de los cuales 94.726 son venezolanos, según informó el gobierno este viernes. Los datos revelados por el Ministerio de Justicia y Seguridad Pública sitúan a los venezolanos como la principal nacionalidad de migrantes que ingresaron al país sudamericano.
El año pasado, Brasil concedió el estatus de refugiado a 12.726 venezolanos, cifra que representa casi el 95 % del total de personas cuyo refugio fue aprobado. En comparación, otros grupos como los afganos y los colombianos obtuvieron cifras significativamente menores, con 283 y 121 personas respectivamente.
El gobierno brasileño destacó la “necesidad de aplicar políticas dirigidas a la crisis humanitaria en Venezuela” y subrayó su compromiso a través de la Operación Acogida. Esta iniciativa, ejecutada en colaboración con las Fuerzas Armadas y diversas organizaciones internacionales, fue implementada en 2018 para gestionar el flujo migratorio derivado de la crisis en Venezuela.
Desde el inicio de la Operación Acogida, cerca de 141.000 venezolanos han sido reconocidos como refugiados en Brasil. La situación en Venezuela ha empeorado notablemente tras las controvertidas elecciones presidenciales del 28 de julio de 2024. En estos comicios, el Consejo Nacional Electoral (CNE) declaró vencedor a Nicolás Maduro, pero la oposición calificó el proceso de fraudulento y clamó por el triunfo de Edmundo González Urrutia.
La postura de Brasil ha sido clara, ya que no ha reconocido ni a Maduro ni a González Urrutia como ganador legítimo. González Urrutia se exilió en España en septiembre pasado, mientras que el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, ha intentado actuar como mediador. Lula da Silva ha solicitado en varias ocasiones al CNE venezolano la publicación de las actas electorales para verificar los resultados, sin obtener respuesta por parte de las autoridades venezolanas.
El flujo constante de migrantes venezolanos hacia Brasil subraya la persistente crisis política y social en Venezuela, y la necesidad de soluciones internacionales coordinadas para abordar sus consecuencias humanitarias.
EFE