El agente federal Edwin López, veterano del Ejército de Estados Unidos, mantuvo una reunión secreta en 2024 con el general Bitner Villegas, piloto de confianza del mandatario venezolano Nicolás Maduro. El encuentro, llevado a cabo en un hangar del aeropuerto La Isabela, en República Dominicana, tenía como objetivo persuadir al piloto para desviar el avión presidencial a un punto donde las autoridades estadounidenses pudieran capturar a Maduro. A cambio, Villegas recibiría una considerable fortuna y una nueva vida.
La operación comenzó en abril de 2024, durante el gobierno de Biden, cuando un informante reveló la presencia de aviones de Maduro en reparación en la isla. López, aprovechando su posición como agregado del Departamento de Seguridad Nacional, vio una oportunidad única y presentó su propuesta a Villegas, quien escuchó en silencio y dejó su número telefónico, interpretándose como una posible apertura.
A lo largo de más de un año, ambos intercambiaron mensajes encriptados. Sin embargo, el plan se complicó después de que López se retirara del DHS en julio de 2025. Con la llegada de Donald Trump nuevamente a la Casa Blanca, la política estadounidense hacia Venezuela se volvió más agresiva, incrementando los riesgos.
López intentó reactivar el plan prometiendo una recompensa de 50 millones de dólares, pero Villegas no respondió. En septiembre, un último intento de comunicación también fracasó cuando el piloto bloqueó al agente federal.
Ante el fallido intento, López cambió de estrategia y, con la colaboración de Marshall Billingslea, filtró una fotografía de la reunión secreta para sembrar dudas sobre la lealtad del piloto. Sin embargo, Villegas apareció días después en la televisión estatal junto a Diosdado Cabello, quien desmintió los rumores y alabó la fidelidad del piloto.
Aunque la operación no logró su objetivo, generó un clima de desconfianza en el gobierno venezolano, que reforzó sus medidas de seguridad en los vuelos presidenciales y restringió el acceso de los pilotos al círculo cercano de Maduro.
