Un apagón inesperado de gran magnitud impactó a España y Portugal el pasado lunes, afectando servicios esenciales como las redes de metro, líneas telefónicas, semáforos y cajeros automáticos. Este incidente de gran escala es poco común en la región, que cuenta con una población combinada de más de 50 millones de personas.
La Red Eléctrica de España informó que la península ibérica experimentó el corte y que el incidente está siendo evaluado detenidamente. Según la periodista Patricia Blazquez , el apagón afectó a varias regiones del país alrededor del mediodía, dejando sin luz la sala de redacción de RTVE, el parlamento de España en Madrid y estaciones de metro en diversas partes del territorio.
Un gráfico en el sitio web de la red eléctrica española mostró una caída pronunciada en la demanda de energía alrededor de las 12:15 p.m., pasando de 27.500 megawatts a aproximadamente 15.000 MW. Un par de horas después, el operador informó que estaba recuperando el suministro eléctrico en el norte y sur de la península, lo que permitiría restablecer progresivamente el suministro energético en todo el país.
En Portugal, el apagón afectó a la capital, Lisboa, así como a áreas circundantes y partes del norte y sur del país. Según un funcionario citado por la agencia de noticias Lusa, el incidente parecía originarse en problemas fuera del país. El ministro del gabinete Leitão Amaro indicó: “Parece que fue un problema con la red de distribución, aparentemente en España. Aún se está verificando”.
El distribuidor portugués E-Redes atribuyó el corte a un “problema con el sistema eléctrico europeo”, según el periódico portugués Expresso. La compañía se vio obligada a interrumpir el suministro en áreas específicas para estabilizar la red. También informó que partes de Francia se vieron afectadas.
En Portugal, varios vagones del metro de Lisboa fueron evacuados, y los tribunales detuvieron sus actividades. Los cajeros automáticos y sistemas de pago electrónico quedaron fuera de servicio, y los semáforos en Lisboa dejaron de funcionar. Las llamadas por teléfono móvil no eran posibles, aunque algunas aplicaciones seguían operativas.
