Argentina ha denunciado enérgicamente el asedio a su embajada en Caracas, señalando al Gobierno de Nicolás Maduro como el presunto responsable. La denuncia se presentó durante la Asamblea de Estados Partes del Estatuto de Roma en La Haya, donde el embajador argentino, Mario Javier Oyarzábal, hizo un llamado a la Corte Penal Internacional (CPI) para que tome medidas decisivas frente a lo que calificó como crímenes de lesa humanidad en Venezuela.
En su declaración, Oyarzábal subrayó: “La situación en Venezuela exige una atención inmediata”. Expresó su preocupación por la ausencia de avances significativos en las investigaciones en curso por parte de la Fiscalía, manifestando un profundo lamento al respecto.
El embajador detalló que la misión diplomática de Argentina ha sido objeto de asedio por fuerzas policiales y actores armados no identificados, en respuesta a haber ofrecido asilo a individuos cuya seguridad estaba comprometida por motivos políticos. En este contexto, destacó que Brasil ha asumido la protección de la embajada y de los refugiados en su interior, pero enfatizó la necesidad imperiosa de respetar la inviolabilidad de las misiones diplomáticas y de otorgar salvoconductos que aseguren la salida segura de los refugiados.
Oyarzábal también hizo referencia a un agravamiento de la situación en Venezuela tras las elecciones del 28 de julio, afirmando que el país no puede considerarse un Estado de Derecho. “Las detenciones arbitrarias, los tratos inhumanos y las violaciones graves de derechos fundamentales requieren investigaciones rigurosas e integrales que estén a la altura de las expectativas de justicia internacional”, añadió.
Exhortando a la CPI a actuar con determinación, concluyó con un llamamiento a que los responsables de estos crímenes sean presentados ante la justicia. “La impunidad no solo perpetúa el sufrimiento de las víctimas, sino que también erosiona los fundamentos del orden jurídico internacional”, concluyó. La denuncia formal de Argentina resalta la gravedad de la situación actual en Venezuela y su impacto en la comunidad internacional.
Fuente El Pitazo