Las autoridades de México llevaron a cabo el desalojo de un campamento de migrantes en la frontera sur este jueves, que había surgido en respuesta a la saturación de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) desde el inicio de la presidencia de Donald Trump en Estados Unidos.
En Tapachula, la ciudad más grande en el límite con Centroamérica, los funcionarios trasladaron a los migrantes, provenientes de países como Rusia, Honduras, Venezuela, El Salvador, entre otros, al albergue ‘Jesús el Buen Pastor’. Estos migrantes, que habían acampado en un área verde, fueron trasladados con la promesa de recibir empleo en los próximos días.
Además, otro campamento donde se encontraban migrantes venezolanos cerca de las oficinas del Instituto Nacional de Migración (INM) también fue removido esta semana. El operativo contó con la participación de la Dirección de Relaciones Internacionales y Desarrollo Transfronterizo de Tapachula y Protección Civil, y se llevó a cabo sin acciones de violencia o confrontación, retirando estructuras improvisadas de cartón, lonas, alambres y madera.
Ante esta situación, un migrante venezolano expresó su deseo de que las autoridades cumplieran con la promesa de ofrecerles empleo. La saturación de trámites de asilo en México se pone de manifiesto, ya que muchos migrantes prefieren permanecer en el país debido a las nuevas medidas implementadas por Trump que les impiden avanzar hacia Estados Unidos.
Dilver Enrique Contreras, originario de Honduras, manifestó que esta era su segunda solicitud de refugio ante la Comar, mientras que la venezolana María Urueta criticó el trato recibido en el refugio, acusando a las autoridades mexicanas de tratarlos «como animales».
En declaraciones ofrecidas a EFE, Urueta comentó: «Nos engañaron, nos dijeron que supuestamente los iban a llevar a un refugio para estar bien y ni comida había. Así que la gente tiene que hablar con la verdad, tratan a los migrantes como si fueran animales y nosotros no somos animales porque la vida da muchas vueltas».
Un funcionario de la Comar explicó a los migrantes haitianos que había un límite de 500 citas para ese jueves, enfatizando la necesidad de atenderlos de manera gradual y en orden, debido a la disponibilidad limitada de espacios para otorgar citas de elegibilidad.
La situación refleja un desafío creciente en la gestión de migración en México, exacerbado por cambios en las políticas migratorias de Estados Unidos y la creciente población de solicitantes de asilo que buscan alternativas en tierras mexicanas.