El ex presidente sirio, Bashar al-Assad, ha sido ingresado en un hospital de Moscú tras presentar síntomas de envenenamiento. Assad, quien ha residido en exilio en Rusia desde la caída de su régimen, fue trasladado de emergencia a una instalación médica local, donde los especialistas confirmaron la presencia de sustancias tóxicas en su organismo.
Bashar al-Assad, depuesto de su cargo en Siria y refugiado en Rusia, comenzó a manifestar signos de malestar severo en la noche del 1 de enero de 2025. Fuentes allegadas al ex mandatario informaron que Assad experimentó náuseas, vómitos y mareos intensos, lo que obligó a su equipo de seguridad a buscar atención médica inmediata.
Las autoridades rusas han iniciado una investigación para determinar el origen del supuesto envenenamiento. Aunque los detalles específicos sobre las sustancias encontradas no han sido revelados, se sospecha que podría tratarse de un intento deliberado de asesinato. El Kremlin ha declarado su disposición a colaborar plenamente con las investigaciones y ha reforzado la seguridad en el hospital donde Assad está siendo tratado.
El incidente ha provocado una ola de reacciones internacionales. Diversos líderes mundiales han expresado su preocupación y han instado a una investigación transparente y exhaustiva. La comunidad siria en el exilio también ha manifestado su consternación y ha solicitado protección adicional para los refugiados políticos.
El envenenamiento de Bashar al-Assad durante su exilio en Rusia añade una nueva dimensión a las tensiones internacionales. Mientras las investigaciones continúan, la salud del ex presidente sirio sigue siendo monitoreada de cerca por los médicos rusos, quienes se encargan de su tratamiento en Moscú.
