El sistema penitenciario cubano está enfrentando una crisis sanitaria sin precedentes con la propagación de enfermedades como el dengue, oropouche y chikungunya. Según denuncias de familiares y reportes en redes sociales, estas enfermedades han alcanzado campamentos de trabajo forzado y cárceles en diferentes provincias del país, elevando las preocupaciones sobre las condiciones de salubridad y el acceso a atención médica en estos centros.
Este martes, La Tijera, medio independiente, informó sobre un brote simultáneo de estas enfermedades en el Campamento A-500, ubicado en Guantánamo, cerca de la Prisión Provincial de la misma ciudad. Se estima que más de diez internos han sido afectados por estas enfermedades. Las condiciones se ven agravadas por la prohibición de visitas familiares y la entrega de medicamentos a los reclusos.
La situación se ha complicado aún más con las denuncias del periodista independiente Rolando Rodríguez Lobaina, quien informó a Radio Martí sobre un brote de dengue en la cárcel de Guantánamo. Rodríguez advirtió que «no hay condiciones ni medicamentos para afrontar esta crisis, que no solamente es en la prisión, es la isla completa».
El Centro de Documentación de Prisiones Cubanas (CDPC), en su último informe publicado en septiembre, confirmó la existencia de ‘contagios extendidos’ no solo de dengue, sino también de hepatitis y otras infecciones en varias cárceles. El reporte subraya que las enfermedades se propagan en ambientes insalubres con escasez de medicamentos y donde la población penal está debilitada por la mala alimentación, llegando en muchos casos a estados de desnutrición.
En agosto, en la prisión de Agüica, Matanzas, 11 reclusos iniciaron una huelga de hambre para protestar por la mala alimentación y la falta de atención médica. La situación epidemiológica se ha vuelto aún más crítica en las últimas semanas en varias provincias de la isla, con especial incidencia en Matanzas, donde ya se reportan fallecidos en redes sociales.
Esta crisis sanitaria refuerza la necesidad de una respuesta urgente por parte de las autoridades para mejorar las condiciones de vida dentro de las prisiones y asegurar el acceso a tratamientos médicos adecuados para los reclusos afectados.
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