El cardenal italiano Angelo Becciu, condenado por malversación y despojado de sus derechos cardenalicios en 2020, ha anunciado su decisión de no participar en el cónclave que elegirá al próximo papa, previsto para comenzar el 7 de mayo. La noticia fue compartida este martes por su abogado a través de un comunicado dirigido a los medios de comunicación.
«Por el bien de la Iglesia, a la que he servido y continuaré a servir con fidelidad y amor, así como para contribuir a la comunión y serenidad del cónclave, he decidido obedecer como siempre he hecho a la voluntad del papa Francisco y no entrar en el cónclave a pesar de seguir convencido de mi inocencia», declaró Becciu.
La decisión de Becciu se produce después de la congregación general de los cardenales celebrada el lunes, donde se oficializó el inicio del cónclave. Aunque Becciu participó en las congregaciones previas junto a los 252 cardenales convocados, no formaba parte de los 134 electores habilitados, debido a que fue excluido por orden explícita del papa Francisco.
Durante las reuniones preparatorias del cónclave, el secretario de Estado, Pietro Parolin, presentó documentos que confirmaban que Becciu no estaba autorizado para votar en la próxima elección papal. Sin embargo, Becciu había sostenido hasta hace pocos días que no había recibido una «voluntad explícita» de exclusión por parte del Papa.
El responsable de la sala de prensa del Vaticano, Matteo Bruni, indicó que los cardenales no habían tomado «ninguna deliberación» formal sobre el caso. A su vez, el cardenal italiano Fernando Filoni reconoció que el escándalo estaba generando “sufrimiento” entre los purpurados.
Becciu, de 76 años, fue condenado a cinco años y medio de prisión e inhabilitación perpetua para ejercer cargos en la Santa Sede. El juicio, pionero contra un cardenal en el Tribunal Penal del Vaticano, incluyó la investigación de operaciones financieras irregulares, como la compra de un edificio de lujo en Sloane Avenue, Londres, a través de recursos del Óbolo de San Pedro.
Además, se reveló una donación de 125 mil euros a una asociación vinculada a la Cáritas de Ozieri, en Cerdeña, dirigida entonces por un hermano de Becciu, lo cual generó cuestionamientos por posible conflicto de interés.
Becciu, quien ocupó el cargo de sustituto para Asuntos Generales en la Secretaría de Estado entre 2011 y 2018, fue considerado en su momento uno de los hombres más influyentes del Vaticano. Su exclusión se enmarca en una serie de reformas impulsadas por el papa Francisco para mejorar la transparencia financiera del Vaticano, reflejando las tensiones internas y las limitaciones en los mecanismos de control sobre altos cargos eclesiásticos.
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