China ha declarado su firme oposición a las nuevas tarifas impuestas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciando que tomará «contramedidas correspondientes» para proteger sus intereses. Esta declaración se produce en respuesta al anuncio de Trump el sábado pasado, donde impuso un arancel adicional del 10% sobre los gravámenes existentes a los productos chinos.
El Ministerio de Comercio Exterior de China expresó su profunda insatisfacción con la medida en un comunicado emitido el domingo, calificándola como una «práctica errónea» por parte de Estados Unidos. Además, Pekín adelantó que llevará el asunto ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), argumentando que estas acciones unilaterales violan gravemente las reglas establecidas por el organismo internacional.
En sus declaraciones, el ministerio chino también sugirió que Estados Unidos debería abordar de manera «objetiva y racional» sus propios problemas internos, como el relacionado con el fentanilo, en lugar de recurrir constantemente a la amenaza de aranceles.
Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China advirtió que en las guerras comerciales «no hay ganadores», y que estas nuevas medidas impositivas podrían dañar la futura cooperación bilateral, así como los esfuerzos conjuntos en el control de drogas.
Desde su residencia en Mar-a-Lago, Florida, Donald Trump firmó órdenes ejecutivas que implementan de inmediato los prometidos aranceles del 25% para bienes procedentes de México y Canadá, excluyendo al petróleo canadiense que tendrá un arancel del 10%, y del 10% para los productos chinos. Esta acción, llevada a cabo el sábado, cumple una promesa reiterada por Trump y podría desencadenar una guerra comercial.
Los aranceles impuestos a México y Canadá, a quienes Trump acusa de no controlar los flujos migratorios y de drogas como el fentanilo, además de beneficiarse de un superávit comercial con Estados Unidos, representan un desafío significativo al acuerdo de libre comercio que ha existido entre los tres países norteamericanos durante las últimas tres décadas.
Este desarrollo subraya las crecientes tensiones comerciales entre Estados Unidos y sus socios internacionales, con un impacto potencialmente negativo en la cooperación bilateral y los acuerdos económicos existentes. A medida que se implementan estas medidas, la comunidad internacional observa con cautela, consciente de las posibles repercusiones en el comercio global y las relaciones diplomáticas.
AFP
