Un reciente artículo publicado por The Atlantic ha provocado una ola de controversia al exponer comentarios y comportamientos atribuidos al expresidente Donald Trump, especialmente en torno a la conmovedora muerte de la soldado Vanessa Guillén. El general retirado de los Marines, John Kelly, ex secretario general de la Casa Blanca, ha brindado impactantes testimonios que han encendido alarmas tanto en el ámbito político como en la opinión pública, a escasas dos semanas de las elecciones en Estados Unidos.
Vanessa Guillén, una soldado de Fort Hood, encontró un trágico final al ser brutalmente asesinada en la sala de armas donde trabajaba. Su caso no solo trajo a la luz preocupantes aspectos sobre la cultura dentro del ejército, sino que ahora ha tomado un giro político inesperado. De acuerdo con el reporte de The Atlantic, Trump se habría comprometido a cubrir los costos del funeral de Guillén, sin embargo, sus actos no correspondieron a su promesa inicial.
Una de las revelaciones más impactantes, siempre siguiendo la narrativa de Kelly y el informe de The Atlantic, fue la reacción de Trump al conocer el costo del funeral, estimado en US$ 60.000. En un arrebato de ira, Trump habría declarado: «¡No cuesta US$ 60.000 enterrar a una j**ida mexicana!». Ordenó a su entonces secretario general, Mark Meadows, que no procediera con el pago. Además, ese mismo día habría descalificado a la familia de Guillén tildándolos de intentar estafarle.
Estas declaraciones no solo arrojan luz sobre una aparente falta de sensibilidad, sino que se inscriben en un marco más amplio de críticas que Kelly ha dirigido contra el expresidente. Kelly ha caracterizado a Trump como alguien que encajaría en la «definición general de fascista«, afirmando que preferiría un gobierno con enfoques dictatoriales. Estas fuertes declaraciones también incluyen la presunta admiración de Trump por los generales del régimen nazi, un comentario que habría sostenido argumentando su deseo de recibir la misma lealtad mostrada a Adolf Hitler.
Ante estas acusaciones, las respuestas de Trump y de sus defensores no se hicieron esperar. Hogan Gidley, portavoz del expresidente, afirmó que estas afirmaciones no son más que «mentiras escandalosas» formuladas con el objetivo de dañar la imagen de Trump justo antes de las elecciones.
El impacto de estas revelaciones aún se está evaluando, pero sin duda han agudizado las tensiones en un escenario político ya polarizado. Los comentarios atribuidos a Trump, y su supuesta reacción ante la muerte de Vanessa Guillén, continúan generando debate, cuestionando la integridad y las verdaderas intenciones del liderazgo pasado en Estados Unidos.