La reciente congelación de fondos por parte del gobierno de Donald Trump ha representado un duro golpe para las capacidades operativas de las fuerzas militares de Colombia. Una moratoria en la ayuda estadounidense ha dejado fuera de servicio una parte significativa de la flota de helicópteros Blackhawk del país sudamericano. El pasado jueves, dieciocho helicópteros utilizados por la fuerza antinarcóticos de la Policía Nacional, junto con doce aeronaves del Ejército con capacidad de ataque, fueron inmovilizados.
La decisión ha generado preocupación entre los analistas, quienes temen que el reducido poder aéreo pueda afectar la capacidad del gobierno colombiano para realizar operaciones contra actores armados y el narcotráfico. La orden ejecutiva “Reevaluación y realineamiento de la ayuda exterior de los Estados Unidos”, emitida por Trump en sus primeras 24 horas en el cargo, congeló toda la ayuda exterior por 90 días. En cuestión de días, los efectos del decreto se hicieron evidentes en Colombia.
El apoyo de Estados Unidos ha sido crucial para las operaciones aéreas en el país latinoamericano, ya que muchos de los helicópteros eran préstamos de Washington. Además, el mantenimiento de las aeronaves propiedad del gobierno colombiano dependía de contratos con proveedores estadounidenses, los cuales fueron cancelados.
Elizabeth Dickinson, analista senior para Colombia de International Crisis Group, enfatiza la relevancia del apoyo aéreo en el complejo terreno colombiano. «Enviar tropas a zonas rurales y reabastecerlas requiere un sólido apoyo aéreo«, mencionó Dickinson a The Bogotá Post. La situación en Catatumbo ejemplifica esta necesidad, donde los helicópteros son esenciales para operaciones militares y humanitarias en esta remota región. El conflicto entre grupos armados rivales en el departamento de Norte de Santander ha provocado el desplazamiento de hasta 50,000 personas y ha dejado aproximadamente 80 muertos, constituyéndose en una de las peores crisis humanitarias en la última década.
Las medidas implementadas por Washington también han impactado operaciones policiales en otras regiones históricamente conflictivas. Una fuente policial anónima informó a W Radio sobre el riesgo al que se exponen estaciones de policía en áreas como Chocó, Nariño, Putumayo, Guaviare y Guainía, ante la falta de abastecimiento y apoyo aéreo.
La debilitada capacidad operativa de las fuerzas de seguridad colombianas podría tener serias repercusiones en la seguridad regional, el tráfico de narcóticos y los flujos migratorios. Sergio Guzmán, director de Análisis de Riesgos de Colombia, afirmó que la retirada del apoyo estadounidense es un error. «Mantener una alianza con Colombia y su ejército es crucial», comentó Guzmán, advirtiendo que la decisión podría intensificar las crisis de drogas y migración que Trump prometió abordar durante su campaña electoral.
Por ahora, frente a la urgente crisis de seguridad, el gobierno colombiano deberá gestionar la situación con los recursos disponibles.
The Bogota Post/El Nacional