La congresista cubanoamericana María Elvira Salazar ha solicitado sanciones contra el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP), argumentando sus vínculos con Hezbolá y otras organizaciones terroristas. Salazar afirmó que el ICAP representa una «amenaza directa a nuestra comunidad judía, nuestra seguridad nacional y nuestro hemisferio». La petición de sanciones va dirigida a la Administración Trump.
El instituto, controlado por el régimen de La Habana, ha sido señalado por Salazar como «una fachada de la inteligencia, la radicalización y el terrorismo cubanos». Según la congresista de Florida, el ICAP ha pasado décadas reclutando estadounidenses en nombre de la “solidaridad”, con el objetivo de difundir propaganda antisemita, atacar a Israel y fortalecer el discurso antiamericano.
La congresista compartió en sus redes sociales un artículo de opinión de Gelet Martínez Fragela, directora de ADN Cuba, publicado en The Washington Times. En dicho artículo, se expone el peligro que representa el ICAP. Martínez Fragela detalló que el instituto ha utilizado la «diplomacia» como pretexto para reclutar activistas radicales de países occidentales desde su creación en la década de 1960.
El artículo también revela que el ICAP tiene vínculos con Al-Tajammu, una coalición proiraní que incluye en su junta directiva a miembros de Hezbolá, los hutíes, la Yihad Islámica Palestina y el Frente Popular para la Liberación de Palestina. Además, se menciona que activistas antiisraelíes han sido acogidos en la isla para recibir «entrenamiento».
Estas declaraciones han aumentado la presión sobre el ICAP, reflejando las tensiones políticas en torno a sus actividades y vínculos internacionales. Las acciones de Salazar se enmarcan en un contexto más amplio de preocupaciones sobre la seguridad nacional y el papel del ICAP en la política internacional.
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