Corea del Norte ha intensificado las tensiones en la península al destruir varios tramos de carreteras que sirven como conexión con Corea del Sur. Este acto fue confirmado por el Ejército surcoreano, que detalló que las detonaciones se realizaron sobre las carreteras de Gyeongui y Donghae, localizadas en la Línea de Demarcación Militar alrededor del mediodía del martes, según un comunicado del Estado Mayor Conjunto surcoreano (JCS).
Este incidente sigue a un anuncio previo del régimen de Pionyang sobre su intención de cortar todas las vías de transporte hacia el Sur y fortificar las zonas adyacentes, como parte de una enmienda constitucional que, según se rumorea, ha redefinido unilateralmente las fronteras bajo las órdenes del líder, Kim Jong-un.
Frente a estos eventos, el JCS ha comunicado su decisión de reforzar las medidas de vigilancia y alerta, en respuesta a los movimientos de Corea del Norte. El deterioro de las relaciones también se ve agravado por las acusaciones de Pionyang, acusando al Sur de enviar drones cargados con propaganda a su territorio. Estas acciones han sido respondidas con amenazas de artillería por parte del Norte, en caso de futuros incidentes similares.
El 9 de este mes, el régimen norcoreano había anunciado su objetivo de “cortar completamente las carreteras y vías férreas conectadas” con el Sur, así como construir “fuertes estructuras de defensa” a lo largo de la frontera. Este movimiento se justificó como una forma de bloqueo permanente hacia el Sur, al que señala como “principal estado hostil y enemigo”, y describió la acción como una medida de “autodefensa para inhibir la guerra y defender la seguridad nacional”.
El anuncio coincide con la conclusión de una sesión parlamentaria en Corea del Norte, donde se parece haber formalizado la instrucción del líder de designar al Sur como principal adversario nacional.
El corredor carretera y ferroviario de Gyeongui conecta la ciudad surcoreana fronteriza de Paju, al oeste, con la norcoreana de Kaesong, mientras que la de Donghae atraviesa la línea de demarcación por la costa este. Estas rutas son símbolos de comunicación y colaboración transfronteriza y su destrucción marca un severo retroceso en los esfuerzos de paz en la península.
Las acciones de Corea del Norte plantean nuevos desafíos para la paz y estabilidad en la región, mientras la comunidad internacional espera con intención la respuesta de sus aliados, principalmente de Corea del Sur y Estados Unidos.
Cortesía EFE
