La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) ha publicado su informe anual sobre desplazamientos forzados a nivel global, destacando cifras preocupantes en el continente americano. Más de 18,1 millones de personas han sido desplazadas debido a la violencia, conflictos y crisis humanitarias, lo que representa un incremento del 6,3 % en comparación con el año anterior.
Venezuela se mantiene como el principal país de origen de los desplazados en América, contabilizando 7,2 millones de personas forzadas a abandonar sus hogares. Este fenómeno supera los desplazamientos en Colombia, con 5,4 millones, Haití (966.000) y México (619.000).
Un éxodo sin precedentes
La crisis humanitaria en Venezuela, agudizada por el colapso económico, represión política e inseguridad, ha originado el mayor éxodo en la historia reciente del continente. Desde 2015, millones de venezolanos han buscado protección y oportunidades, principalmente en países de América Latina y el Caribe. A pesar de que muchos han sido acogidos mediante figuras de protección temporal o humanitaria, una gran parte sigue sin acceso formal al estatus de refugiado, lo que aumenta su vulnerabilidad legal y social.
Colombia alberga a 7,99 millones de personas desplazadas, incluyendo 2,8 millones de refugiados y migrantes venezolanos, así como millones de desplazados internos por conflictos propios. Esto convierte a Colombia en el principal receptor de población desplazada en el continente. Le siguen Estados Unidos (2,5 millones), Perú (1,6 millones) y México (864.000 personas), lo que evidencia que la crisis migratoria venezolana ha adquirido una dimensión regional que afecta profundamente los sistemas de protección social, educación y salud de los países receptores.
A nivel mundial, las cifras de desplazamiento interno más altas se registran en África Oriental (24,4 millones), debido al conflicto en Sudán, seguidas por Oriente Medio y Magreb (22,9 millones) y Europa (21 millones), regiones marcadas por conflictos persistentes y crisis prolongadas.
ACNUR ha instado a la comunidad internacional a intensificar los esfuerzos colectivos para abordar esta emergencia humana. El organismo subrayó que los países receptores, especialmente en América Latina, necesitan mayor apoyo financiero, técnico y político para asegurar una acogida digna, segura y sostenible para los millones de personas que se ven forzadas a huir. Se enfatiza en la necesidad de soluciones duraderas, que incluyan procesos de regularización, integración socioeconómica y protección legal efectiva para los desplazados, especialmente en contextos donde la falta de documentación y el acceso limitado a derechos básicos agravan su situación.
Espiga Noticias