El impacto del huracán Oscar en Cuba ha dejado a las provincias orientales en una crisis sin precedentes, especialmente en San Antonio del Sur, ubicado en Guantánamo. Las escenas de desolación y abandono narradas por los residentes son estremecedoras. Sin asistencia del gobierno, con sus hogares bajo el agua, muchas familias se han visto obligadas a adoptar estrategias de supervivencia improvisadas en medio de peligrosas inundaciones.
Una residente comentó con desesperación: “Mija, aquí nos estamos ahogando, el agua nos da por encima del pecho, tengo a Leo encaramado arriba del clóset”. Esta declaración refleja la desesperanza que se vive en la región afectada. Los vecinos aseguran que ni el gobierno local ni el partido han prestado el auxilio necesario, dejándolos enfrentarse solos al embate del huracán.
En ausencia de apoyo oficial, otro residente heroicamente evacuó a 29 niños, temiendo por sus vidas mientras las inundaciones avanzaban. “Nos dejaron solos, no había nadie para rescatarnos”, mencionó, expresando su frustración directamente al presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, durante su visita a la zona devastada.
En respuesta a los graves problemas de generación eléctrica, el gobierno cubano ha optado por ofrecer paneles solares a precios elevadísimos, alcanzando los 500 dólares. Esta cifra resulta prohibitiva para la mayoría de la población cubana. Mientras tanto, Guantánamo y sus alrededores han permanecido días sin electricidad, lo que ha exacerbado las dificultades. En Salvador, un municipio cercano, los cortes eléctricos han durado hasta 96 horas continuas, sumiendo a sus habitantes en un estado de desesperación. “El calor, los mosquitos, el dengue… sin ventilador, no hay perspectiva de solución y no creo que la habrá”, lamentó uno de los afectados.
El gobierno envió un helicóptero del ejército con suministros básicos a algunas zonas aisladas. Sin embargo, para muchos habitantes, esta ayuda es tardía e insuficiente. La situación en la capital, La Habana, también se deteriora. Los apagones prolongados han afectado la vida diaria de los ciudadanos, llevando a muchos a perder sus alimentos por falta de refrigeración. “Ha sido un infierno estar sin luz, mucha gente perdió la comida; sin gas y sin agua, porque sin corriente no funcionan las bombas de agua”, explicó una vecina afectada.
Ante esta devastación, las expectativas de una pronta recuperación son escasas. En su visita a las zonas afectadas, Díaz-Canel rechazó la oferta de ayuda estadounidense, abogando en cambio por el levantamiento del embargo económico para enfrentar la crisis actual.
Por su parte, México ha mostrado su apoyo a través de donaciones, y la presidenta Claudia Sheinbaum ha anunciado que se evaluará la posibilidad de enviar combustible a la isla, lo que podría ofrecer un alivio temporal a la crisis energética de Cuba.
La Unión Eléctrica de Cuba ha comunicado que los cortes de electricidad continuarán hasta nuevo aviso, debido al déficit en la capacidad de generación. La población cubana enfrenta tiempos difíciles, con una incertidumbre persistente sobre el futuro y las medidas necesarias para superar esta grave situación.