Unas 80.000 personas se congregaron el pasado domingo en el centro de Valencia para expresar su descontento con la gestión de las inundaciones mortales que el 29 de octubre afectaron al sureste de España, según informó un periodista de la AFP. La protesta, que exhibió pancartas criticando al presidente de la región, Carlos Mazón, es un reflejo del persistente enfado de la población.
Las inundaciones causaron 231 muertos, de los cuales 223 fueron en la región valenciana. Dos meses después de la tragedia, el clamor popular no ha disminuido. La marcha fue encabezada por tractores, que simbolizan la solidaridad y el esfuerzo comunitario en la limpieza de los daños.
Esta manifestación es la tercera en Valencia, tras las concentraciones del 9 y 30 de noviembre que reunieron a 130.000 y 100.000 personas respectivamente, según la Delegación del Gobierno. Los manifestantes, convocados por organizaciones locales y sindicales, gritaron consignas de «asesino» o «criminal», exigiendo la dimisión de Mazón.
Las críticas se centran en la falta de un aviso temprano ante el peligro de las lluvias torrenciales, pese a las alertas de la agencia nacional de meteorología. Además, se reprocha la tardanza en el despliegue de los servicios de emergencia. En un país descentralizado como España, la gestión de catástrofes es competencia de las regiones, aunque el gobierno central puede intervenir en situaciones extremas.
El presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, y el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, han intercambiado acusaciones sobre la gestión de la crisis. Sin embargo, el Tribunal Superior de Justicia de la región rechazó las denuncias contra Mazón, argumentando que no tenía competencia en el asunto, si bien abrió la posibilidad de una investigación preliminar por un juez de instrucción.
Las consecuencias de las inundaciones son palpables, con importantes daños en cerca de 80 ciudades. En Paiporta, considerado el epicentro del desastre, solo el 20% de los comercios ha reabierto, según la cámara de comercio de la Comunidad Valenciana. La comunidad continúa enfrentando el desafío de recuperarse y volver a la normalidad.
AFP