El certamen Miss Universo 2025 ha sido sacudido por acusaciones de fraude e irregularidades en el proceso de selección. Varios exmiembros del jurado renunciaron pocos días antes de la final, denunciando falta de transparencia, conflicto de interés y decisiones manipuladas.
El pianista y compositor Omar Harfouch, que formaba parte del jurado oficial, renunció y aseguró que hubo una “votación secreta” para preseleccionar a 30 finalistas de entre 136 concursantes, sin la participación del resto del panel oficial.
Harfouch también afirmó que el conteo de votos estaba en manos de personas con vínculos personales con algunas concursantes, lo que representaría un “conflicto de interés significativo”. Además, anunció que evaluará emprender acciones legales contra la organización de Miss Universo por cargos como fraude, abuso de poder, corrupción, incumplimiento de contrato y daño reputacional.
Otro miembro del jurado, el exfutbolista Claude Makélélé, también renunció, aunque citó “razones personales imprevistas” y no emitió detalles sobre supuestas irregularidades.
Las críticas se han extendido más allá del jurado. La exreina mexicana Lupita Jones denunció “movimientos no transparentes” dentro del concurso, señalando una posible mezcla de negocios privados y decisiones del certamen. Según Jones, existe opacidad en la gestión de contratos y en quién realmente tiene autoridad en la organización global del certamen.
Por su parte, la Organización Miss Universo (MUO) rechazó las acusaciones. En su defensa, afirmaron que los protocolos de evaluación se mantienen “transparentes y supervisados” y que el grupo al que alude Harfouch corresponde sólo a un programa social independiente llamado “Beyond the Crown”, que, aseguran, no interviene en la elección de finalistas del certamen principal.
Estos señalamientos se producen en un momento de tensión, luego del fuerte enfrentamiento entre la ganadora del certamen, Fátima Bosch (México), y el director organizativo del evento en Tailandia, Nawat Itsaragrisil, quien la insultó públicamente durante una reunión.
La polémica ha puesto en entredicho la credibilidad del concurso y levantó un debate sobre la transparencia en certámenes de belleza internacionales.
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