El Departamento de Estado de Estados Unidos ha introducido nuevas regulaciones que afectan a los movimientos de los diplomáticos del régimen cubano en territorio estadounidense. Estas disposiciones, anunciadas el 7 de mayo en el Registro Federal de los Estados Unidos, requieren que dichos diplomáticos presenten una «notificación previa» antes de realizar ciertas visitas, en cumplimiento de la Ley de Misiones Extranjeras.
Las nuevas reglas establecen que los diplomáticos cubanos deberán solicitar permisos antes de visitar gobiernos estatales, locales y municipales en los Estados Unidos y sus territorios, así como instituciones educativas e instalaciones de investigación, incluidas aquellas dedicadas a la agricultura y los laboratorios nacionales. El Departamento de Estado ha especificado que, tras la presentación de la notificación previa, el permiso concedido estará sujeto a términos y condiciones modificados o adicionales, que podrán ser aprobados por el director o el director adjunto de la Oficina de Misiones Extranjeras.
Estas medidas se enmarcan dentro de la política del secretario de Estado, el cubanoamericano Marco Rubio, quien el pasado 31 de enero reinstauró a Cuba en la Lista de Entidades Restringidas. Esta acción prohíbe ciertas transacciones con entidades bajo el control del régimen cubano, específicamente aquellas relacionadas con servicios o personal militar, de inteligencia o de seguridad.
En un comunicado de prensa, la oficina del secretario de Estado explicó que el objetivo es «negar recursos a las mismas ramas del régimen que oprimen y vigilan directamente al pueblo cubano mientras controlan grandes sectores de la economía del país». Rubio aseguró que la administración estaba «restableciendo una política dura hacia Cuba que protege a Estados Unidos y ayuda al pueblo cubano».
No obstante, la designación de Rubio como secretario de Estado fue recibida con oposición por parte del régimen cubano. El diario oficialista cubano Granma publicó un artículo antes de que su nombramiento fuera oficial, en el que el escritor y agente de la Seguridad del Estado, Raúl Antonio Capote, criticaba la posible designación, considerando que «nada bueno pueden esperar los pueblos de América Latina».
A finales de diciembre del 2024, la periodista y vocera del régimen cubano, Arleen Rodríguez, sugirió en su podcast Chapeando bajito organizar una marcha en contra de Rubio, debido a las acciones que considera perjudiciales para Cuba.
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