Un reciente derrumbe parcial en un edificio residencial de La Habana Vieja ha puesto en peligro la vida de al menos ocho familias. El siniestro ocurrió en la calle Compostela #819, situada en el Consejo Popular San Isidro, dentro del municipio de La Habana Vieja. Según información proporcionada por la vecina Rocío Callol, el incidente afectó también a la vivienda colindante, Compostela #817.
En esta ocasión, el derrumbe resultó en dos personas heridas, aunque no se reportaron víctimas mortales. Los residentes de esta edificación han estado solicitando asistencia a las autoridades durante 18 años. El primer reporte que documenta el mal estado de la construcción y la consiguiente orden de demolición data de 2007, sin que hasta la fecha se haya resuelto el problema.
A lo largo de estos 18 años, el edificio ha experimentado múltiples desplomes, cuya frecuencia ha aumentado en los últimos meses. Los vecinos han intentado obtener respuestas del Gobierno de La Habana Vieja, de la Oficina de Vivienda y de la empresa Secons Cuba, pero se han encontrado con explicaciones tales como «en La Habana hay muchos edificios en la misma situación» y «tienen que esperar su turno».
El caso de la comunidad de Compostela es un ejemplo más de la negligencia de un sistema que ha abandonado a sus ciudadanos. Otro caso similar es el de la joven Danaray Morales Carricaburus, quien denunció el deterioro de su vivienda en Aguacate 69, también en La Habana Vieja, sin recibir ayuda de las autoridades.
Morales, de 19 años, convive con su familia en condiciones precarias, exponiéndose al riesgo de derrumbe en cada lluvia. A pesar de repetir sus quejas a diversas entidades, la respuesta ha sido siempre esperar, lo que ha generado una sensación de desamparo y frustración en los afectados. En un contexto de crisis habitacional en Cuba, el economista Pedro Monreal ha señalado que se continúan destinando fondos para la construcción de hoteles, mientras que la edificación de viviendas ha disminuido considerablemente. Según fuentes oficiales, en el primer trimestre del año solo se completaron 1,344 inmuebles de las 10,795 planeadas.
Estos eventos reflejan una problemática estructural en la gestión de recursos y atención a las necesidades básicas de la población cubana, en especial en áreas tan críticas como la vivienda.
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