En un macabro descubrimiento que ha conmocionado a la comunidad internacional, los cuerpos de 70 personas fueron encontrados decapitados y atados dentro de una iglesia protestante en la localidad de Kasanga, situada en Kivu del Norte, provincia de la República Democrática del Congo. Estas víctimas, tras ser secuestradas, fueron trasladadas al templo donde encontraron su trágico fin. El grupo militar conocido como Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), vinculado al Estado Islámico, es señalado como autor del secuestro, aunque no ha habido una reivindicación oficial de la matanza.
La escalada de violencia comenzó la madrugada del jueves 13 de febrero, cuando, según informaron fuentes locales a Open Doors, hombres armados arribaron a la aldea de Mayba, en el territorio de Lubero. En este ataque inicial, se exigió a los residentes que salieran de sus hogares en silencio, resultando en el secuestro de alrededor de 20 cristianos. Posteriormente, durante un intento de rescate por parte de la comunidad, los atacantes regresaron y tomaron como rehenes a otras 50 personas.
Los cuerpos hallados en la iglesia comprenden mujeres, niños y ancianos, intensificando el estado de conmoción y miedo entre los habitantes locales. La situación de inseguridad creciente ha impedido que muchas familias puedan dar sepultura a sus seres queridos. Hasta el martes 18 de febrero, algunos cuerpos permanecían en el lugar de la tragedia debido a las condiciones que dificultaban su recuperación.
Esta tragedia no solo refleja el brutal impacto de los grupos armados en la región, sino que también resalta la necesidad urgente de medidas de seguridad más efectivas en Kivu del Norte para proteger a las comunidades vulnerables y prevenir futuros actos de violencia.
El Nacional