La Policía Nacional del Perú llevó a cabo un operativo el pasado sábado que resultó en la detención de ocho presuntos integrantes de una banda de extorsionadores, señalada por sus vínculos con el Tren de Aragua, una organización criminal transnacional. La intervención se realizó en una residencia de Lima, donde se detuvo a otras 32 personas.
Henry Chingay, jefe de la división policial de Lima Este 2, informó que los detenidos forman parte de la banda criminal denominada Los Malditos Hijos de Dios. Esta organización operaba en las zonas de Santa Anita, Ate Vitarte y El Agustino, dedicándose a extorsionar a propietarios de pequeños comercios, mototaxistas, empresas de transporte y otros. Según se reseñó, de las 40 personas capturadas en la residencia de Santa Anita, 35 son de nacionalidad venezolana y cinco son peruanos. Ocho de ellas pertenecen a la mencionada banda.
Chingay declaró que Los Malditos Hijos de Dios son «una facción del Tren de Aragua», implicados en múltiples «hechos de sangre» en Santa Anita, un distrito al este de Lima. Durante el operativo, las fuerzas policiales se enfrentaron a José Pérez Pacheco, identificado como el líder de la banda y de quien se sabe que estuvo recluido en un penal en Venezuela. Pérez Pacheco intentó resistirse utilizando un revólver, pero fue reducido por los agentes quienes le dispararon en el muslo. Fue posteriormente auxiliado y trasladado a un hospital, donde permanece detenido.
En la intervención, la policía incautó un fusil de largo alcance, dos pistolas semiautomáticas, un revólver, municiones y pegatinas destinadas a identificar los locales objeto de extorsión. Asimismo, se encontraron al menos trece motocicletas, supuestamente recibidas de víctimas extorsionadas.
La extorsión ha experimentado un incremento en el último año en Lima, afectando diversos grupos. Recientemente, un conocido cantante de cumbia fue asesinado tras ser extorsionado su grupo, lo que llevó al gobierno peruano a declarar en emergencia Lima y la provincia de Callao. Además, las protestas se han intensificado, reflejándose en dos marchas recientes en Lima contra las extorsiones en instituciones educativas privadas y la violencia contra artistas y músicos.
EFE
