La profesora adjunta Dorothy Kronick, de la Goldman School of Public Policy de la Universidad de California en Berkeley, ha publicado recientemente un estudio que aporta una nueva perspectiva al análisis de los resultados de la elección presidencial en Venezuela. Su investigación se centra en las constancias de verificación ciudadana y el proceso de auditoría que se lleva a cabo en el 51% de las mesas electorales, una vez impresas las actas tras el cierre de las votaciones.
Kronick destaca la importancia de esta auditoría, que valida que los resultados del acta impresa coincidan con las papeletas depositadas por los votantes. «Este paso adicional es fundamental para asegurar la integridad del proceso electoral», afirma la profesora, quien argumenta que el sistema electrónico de votación implementado en Venezuela ha cumplido, en general, con estas normativas a lo largo de dos décadas, con excepción de tres ocasiones en las que el Consejo Nacional Electoral (CNE) no publicó datos a nivel de máquina de votación.
El estudio revela que, en todas las elecciones anteriores, los datos disponibles en el sitio web del CNE permitieron a candidatos y ciudadanos verificar la coincidencia de los totales de votos con las actas impresas y los conteos manuales. Kronick explica que, por ejemplo, en una elección presidencial, los resultados publicados podían ser contrastados con los informes de las máquinas de votación, lo que generaba confianza en el proceso electoral.
La investigación concluye que los dos registros impresos generados por el sistema —un comprobante por cada votante y un acta por cada máquina— “esencialmente descartan el fraude o la falsificación por parte de la campaña opositora”. Kronick subraya que, incluso con altos niveles de organización y recursos económicos, no se pudo haber cometido fraude que modificara los datos publicados sin dejar rastros en la documentación de verificación.
“Aquellos que pudieran dudar de la oposición venezolana pueden, sin ningún conflicto, creer que los datos de la campaña reflejan lo que votaron realmente los venezolanos el 28 de julio de 2024”, concluye Kronick en su informe.
Este estudio representa un avance significativo en la comprensión de la transparencia electoral en Venezuela y sugiere que las auditorías y la verificación ciudadana son herramientas indispensables para asegurar elecciones justas y confiables.