Casi 2 de cada 10 mujeres en el mundo han sido víctimas de violencia sexual en su infancia, según un estudio global publicado por la revista científica The Lancet. Este informe coloca a países como Costa de Marfil, India, Costa Rica y Chile entre aquellos con una prevalencia superior a la media en este tipo de violencia.
El análisis, basado en datos del Intercambio de Datos de Salud Global de la Universidad de Washington, destaca que la prevalencia de la violencia sexual antes de los 18 años es «extremadamente alta tanto para mujeres como para hombres en todo el planeta». En promedio, alrededor del 18,9% de las mujeres y del 14,8% de los hombres sufrieron violencia sexual en su infancia, alcanzando hasta un 26,8% en regiones como el sureste asiático y Oceanía.
Este informe recopila información de 204 países entre 1990 y 2023, enfatizando la necesidad de “mejores datos sobre la prevalencia, las características y las consecuencias de la violencia sexual en la infancia para guiar los esfuerzos de prevención en los sistemas sanitario, educativo, de justicia penal y de bienestar social”.
Entre los países analizados, India, Costa Rica y Chile presentan una prevalencia superior al 30%, seguidos por Estados Unidos, Canadá y Perú, que superan el 20%. Para los hombres, las tasas más elevadas se encuentran en Costa de Marfil, Bangladesh, Botsuana y Haití.
«La violencia sexual contra los niños es un problema generalizado de derechos humanos y salud pública, y el mundo está claramente fallando en su intento de acabar con ella», afirmó Emmanuela Gakidou, autora principal del informe y profesora del Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington. Gakidou subrayó que la proporción de personas que enfrentan abusos a tan temprana edad «es muy preocupante», y pidió «medidas urgentes por parte de todos los países para mejorar las leyes, políticas y respuestas de los expertos».
Luisa Flor, coautora del informe y también profesora del IHME, destacó que las víctimas de violencia sexual enfrentan un mayor riesgo de depresión, ansiedad, abuso de sustancias, infecciones de transmisión sexual y otras enfermedades como el asma.
EFE