Un grupo de ecologistas llevó a cabo una protesta en la sede del Parlamento de Finlandia, pintando la fachada de color rojo para manifestar su rechazo al apoyo del gobierno finlandés a la extracción de turba, un combustible fósil que tiene un impacto negativo en el medio ambiente.
Los manifestantes explicaron que esta acción busca exigir el fin de una práctica que contribuye significativamente a la aceleración de la crisis climática. “No podemos quedarnos de brazos cruzados mientras se continúan con políticas que dañan nuestro planeta”, afirmaron los organizadores de la protesta.
Como resultado de la acción, al menos 12 personas fueron arrestadas. La protesta ha generado un amplio debate sobre la sostenibilidad y las políticas energéticas en Finlandia, instando a los responsables a reconsiderar sus decisiones en relación con la extracción de combustibles fósiles.