Edmundo González Urrutia ha iniciado la tercera etapa de su gira internacional en un esfuerzo por conseguir apoyo para la lucha democrática en Venezuela. El recorrido se ha extendido recientemente a Alemania y Suiza, con el propósito de mantener la presión sobre la administración de Nicolás Maduro, a quien diversos actores califican de usurpador de la presidencia.
En sus declaraciones del 17 de febrero, González Urrutia destacó la importancia de los contactos personales y el lobby en los pasillos, subrayando que esas reuniones privadas pueden ser cruciales para definir alianzas concretas. A pesar de la adversidad, afirma que su misión sigue firme en «lograr el reconocimiento internacional de nuestra victoria».
La internacionalista Elsa Cardozo subraya la relevancia de que la causa venezolana no desaparezca de la agenda internacional. Considera a González Urrutia como una figura clave, en tanto que representa institucionalmente lo ocurrido el 28 de julio. Cardozo enfatiza que su papel es recordar al mundo que solo la oposición, junto al Centro Carter, presentó los resultados desagregados de las elecciones.
Fernando Spiritto, politólogo, señala que hasta ahora no se observan efectos claros de la presión sobre la administración de Maduro. Considera que la reconfiguración de fuerzas tras el regreso de Donald Trump al poder en Estados Unidos influye notablemente en el contexto internacional, haciendo que Venezuela pierda prioridad en la agenda de aliados liberales tradicionales.
Durante sus recorridos, González Urrutia ha sostenido encuentros significativos, como el realizado con Karim Khan, fiscal de la Corte Penal Internacional, en el que se discutieron investigaciones sobre violaciones de derechos humanos.
En un reciente reporte de su gira, González Urrutia compartió escenario con líderes como Roberta Metsola, presidenta del Parlamento Europeo, y Gideon Sa’ar, ministro de Asuntos Exteriores de Israel. También destacó una reunión con Evelyn Farkas del Instituto McCain para fortalecer el seguimiento de violaciones a los derechos humanos. Además, dialogó con Juan Manuel Santos, expresidente de Colombia, sobre temas bilaterales y la situación de los migrantes venezolanos.
El compromiso de González con la libertad se mantiene inquebrantable, siendo esta la principal motivación detrás de sus esfuerzos. La estrategia y los próximos pasos del diplomático están en proceso de definición, con el objetivo de mantener viva la causa venezolana en la escena internacional.
Su mensaje es claro: la lucha por la libertad de su país y de aquellos que sufren la desaparición forzada o el secuestro en Venezuela debe continuar, contando con el apoyo de aliados internacionales y el respaldo de quienes dentro del país siguen resistiendo.
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