El Gobierno de Estados Unidos anunció el jueves 6 de noviembre un nuevo ataque contra una presunta lancha con drogas en el Caribe, resultando en la muerte de tres personas. Este incidente se suma a la campaña militar iniciada en septiembre bajo la administración del presidente Donald Trump, que ha causado la muerte de al menos 70 supuestos narcotraficantes en operaciones en aguas internacionales.
Las acciones más recientes apuntaron a una embarcación operada por una «Organización Terrorista Designada», según informó el secretario del Departamento de Guerra, Pete Hegseth. Hasta la fecha, se han destruido 18 embarcaciones, incluyendo 17 barcos y un semisumergible. «A todos los narcoterroristas que amenazan nuestra patria: si quieren seguir vivos, dejen de traficar drogas», declaró el jefe del Pentágono tras el anuncio del ataque.
Para esta ofensiva, se han desplegado seis barcos de la Marina en el Caribe, aviones F-35 han sido enviados a Puerto Rico, y el grupo de ataque del portaaviones USS Gerald R. Ford ha sido movilizado. Asimismo, Washington ha realizado al menos cuatro demostraciones de fuerza cerca de Venezuela desde mediados de octubre.
Aunque el presidente Trump sostiene que el objetivo del operativo es combatir los carteles de la droga, incluido el llamado Cartel de los Soles de Venezuela, el presidente Nicolás Maduro, acusado de narcotráfico por Estados Unidos, ha denunciado estos movimientos como intentos de derrocar su gobierno. Washington ofrece una recompensa de 50 millones de dólares por la captura de Maduro.
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