Este 26 de diciembre, Estados Unidos y Nigeria realizaron un ataque coordinado contra militantes del Estado Islámico (ISIS/ISIL) en el noroeste de Nigeria, en el estado de Sokoto, informó el gobierno nigeriano. La operación se llevó a cabo con apoyo de fuerzas estadounidenses y nigerianas y tuvo como objetivo proteger a comunidades civiles, en su mayoría cristianas, que habían sido atacadas recientemente por grupos extremistas.
El presidente Donald Trump calificó la ofensiva como “poderosa y decisiva”, destinada a reforzar la seguridad regional y prevenir nuevos ataques contra civiles cristianos. La acción se produce en medio de una persistente ola de violencia en Nigeria, especialmente en el noreste, donde grupos armados como Boko Haram y la Provincia del Estado Islámico en África Occidental (ISWAP) han perpetrado asesinatos, atentados y desplazamientos masivos.
Ese mismo día, una explosión en una mezquita en Maiduguri dejó al menos cinco muertos y más de 30 heridos, en lo que se sospecha fue un ataque suicida, aunque ningún grupo ha reivindicado la acción.
Expertos en seguridad señalan que la coordinación con Estados Unidos busca fortalecer la capacidad militar nigeriana, garantizar la protección de las comunidades cristianas y mitigar la amenaza extremista, aunque advierten que la insurgencia sigue siendo un desafío constante. La operación refleja un esfuerzo estratégico para contener la violencia y proteger a los civiles más vulnerables.
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