En un giro dramático de los acontecimientos políticos, Bangladesh se encuentra en un momento de gran agitación tras la renuncia de la primera ministra Sheikh Hasina, quien ocupó el cargo desde 2009. A poco más de 24 horas de su salida, se ha anunciado la formación de un gobierno interino supervisado por el reconocido premio Nobel de la Paz, Muhammad Yunus.
La decisión de establecer un gobierno interino fue tomada en una reunión entre el presidente del país, Mohammed Shahabuddin, altos mandos militares y líderes del movimiento Estudiantes contra la Discriminación. La presidencia comunicó que el presidente disolvió el Legislativo con el fin de facilitar la creación de este nuevo gobierno.
En un comunicado, la oficina del presidente instó a la población a colaborar para superar la crisis actual:
«Es necesaria la rápida formación de un gobierno interino para superar la crisis». Esto se produce tras un mes de intensas protestas por parte de jóvenes y estudiantes que exigían la derogación de una controvertida ley establecida por el gobierno anterior, alegando que era discriminatoria en la asignación de empleos en la administración pública.
Los líderes estudiantiles, quienes jugaron un papel crucial en las manifestaciones que culminaron en la renuncia de Sheikh Hasina, expresaron su rechazo a un gobierno militar y solicitaron que Muhammad Yunus asumiera el liderazgo del ejecutivo interino. «Cuando los estudiantes que sacrificaron tanto me piden que intervenga en este momento difícil, ¿cómo puedo negarme?», declaró Yunus al aceptar el desafío, aludiendo a su compromiso con el bienestar del país.
Yunus, conocido como el «banquero de los pobres», es un ícono en la lucha contra la pobreza a través de su innovador modelo de microcréditos. Fundador del Grameen Bank, su trabajo ha beneficiado a millones de personas en Bangladesh y ha sido reconocido internacionalmente. Tras recibir múltiples acusaciones e intentos de desprestigio por parte del gobierno anterior, su nombramiento ha generado esperanza en un país que ha visto agudizadas las divisiones políticas y sociales.
El cambio de liderazgo se produce en un contexto de creciente descontento popular, en el que las manifestaciones contra el antiguo régimen dejaron alrededor de 400 muertos, reflejando la urgencia de nuevos enfoques para abordar las demandas sociales y económicas de los bangladesíes. «Se siente como un segundo día de la Independencia», expresó Yunus al comentar sobre la situación actual del país.
La comunidad internacional observa con atención los desarrollos en Bangladesh, mientras los ciudadanos esperan que este nuevo gobierno interino pueda proporcionar la estabilidad y la justicia que tanto anhelan.