El panorama político en Bolivia se ve empañado tras la denuncia del expresidente Evo Morales, quien denunció haber sido objeto de un ataque armado mientras se dirigía a su programa de radio semanal en la ciudad de Cochabamba, ubicada en el corazón del país.
Morales informó que la agresión ocurrió cuando sujetos desconocidos abrieron fuego contra su vehículo, dejando al conductor herido. En declaraciones, Morales detalló que «el automóvil en el que llegué tiene 14 impactos de bala». Además, subrayó: «Esto fue planeado. La idea era matar a Evo», enmarcando el ataque como un intento deliberado contra su vida.
La respuesta de su partido, el Movimiento Al Socialismo (MAS), no se hizo esperar. A través de un comunicado divulgado por Morales en su cuenta de X, el partido señaló directamente al presidente Luis Arce, junto al ministro del Gobierno, Eduardo del Castillo, y al ministro de Defensa, Edmundo Novillo, como responsables de lo ocurrido. En el texto, se menciona que los vehículos implicados en el ataque habrían ingresado a un cuartel militar y, según los testimonios, sus ocupantes habrían abandonado la escena en un helicóptero.
El presidente Luis Arce emitió un mensaje en su cuenta de X, anunciando que ha ordenado una «inmediata y minuciosa investigación» con el fin de esclarecer este suceso. La declaración busca calmar las tensiones y establecer claridad sobre los hechos y sus responsables.
Este incidente resalta las fricciones persistentes en el escenario político nacional y subraya la necesidad de una investigación transparente para garantizar la seguridad de los líderes políticos y la estabilidad del país. Mientras tanto, la comunidad política y civil de Bolivia permanece a la espera de resultados que ofrezcan respuestas claras y acciones concretas en torno a este desafortunado ataque.